miércoles, 23 de junio de 2010

Todo es una caricia que duele...



- Te acostaste con ella? – Al terminar de decir esa frase, andrés comenzó a sentir una pequeña tristeza que giraba en torno a él mientras todo allí era lluvia y olores a cosas mojadas. – Siento que ya no me quieres… o mejor dicho, siento que vas figurando las cosas repetidamente, que yo no soy yo para ti o mejor dicho que sólo soy un recuerdo, ese recuerdo que te ata siempre a las cosas que se sienten…

Se miraron de reojo mientras la lluvia seguía despeinándolos como flores secas que no tenían oportunidad a nada. Empezaron a oír que de lejos la pequeña bulla de la ciudad los acercaba aunque sea por ultima vez, es por eso que andrés sabía que todo lo gris y lo negro de esa noche seria la despedida que no quería tener, no, definitivamente aun…

- Si supieras tantas cosas, sabrías que te equivocas mucho, muchísimo al decirme esas palabras, eres la persona a quien más he querido, aunque eso no significa que podamos estar juntos… sólo que…

- Sólo que te acostaste con ella!!! Que la amas y que yo fui tu amor de peaje… quizás una excusa para tu soledad, quizás…

Antes de acabar de decir esa frase, andrés abrazó a Elena perdiéndose entre esa cabellera desordenada, quería decirle que Efi era algo que iba más allá de todo eso, que era eso que el invierno siempre trae, uno de esos cuentos tan bellos que nacen y de pronto tienen un final que termina con unas palabras que no dicen nunca nada… Efi era como una de esas flores que se quedan lejos porque nacieron allí y andrés lo supo desde siempre, no había forma de atar el cariño con el dolor, no había forma de substituir un mundo con una luna que siempre se levanta para parecer un espejo pequeño, por eso siempre querría a Efi, la querría por ser puente en medio del desastre, a pesar que jamás se había acostado con ella, jamás habían sido uno como tantas veces se prometieron ser, no, el cariño va mas allá que unas palabras y un simple color que se mueve. Efi era la señorita que diría siempre “Vos” y él era el tipo solitario que al decirle “Tú” sin querer hacia que se aleje hasta que ella se diera cuenta de eso. Y cómo iba a doler algún día... dolería y después de mucho tiempo (si se quiere decir así) todo se volvería blando como una caricia y luego ya no se necesitarían para escribirse más cartas, ya no se necesitarían para mirar como ella juega con sus cabellos mientras él la mira con una ternura lejana y de amanecida, no, ya no, pero qué triste resultaba todo… Y por eso Elena no sabe que Lima es ella, que nunca se iría porque Lima es ella... Cómo explicarle que ella sí podría existir de verdad para él…

- Todo tiene algo de invierno y hoja seca, de esos lugares arbitrarios a la memoria y cursiles a las palabras, todo tiene algo de ti y si supieras muchachita tonta hasta qué punto todo tiene que ver contigo, hasta la misma Efi, aunque no quisiera meterla a ella en esto, no quisiera tener que escuchar su nombre con el tuyo juntos… Todo es una caricia que duele…

En la calle los charcos que se formaban hacían que tuvieran que saltar de un lado a otro, parecía que bailaban infinitamente, pero en un movimiento equivocado Elena tropezó con quizás su pena y cuando estuvo a punto de caer, andrés alcanzó su mano e hizo que volara por un segundo hasta tenerla de nuevo a su lado, otra vez quería abrazarla como hacia unos minutos, pero no quería interrumpir aun esa danza que la noche los había conducido, aun había una forma para que el amor funcionara así ninguno de los dos comprendiera qué podría ser…

- Nunca pensé que supieras bailar tonto
- Nunca pensé que bailaría contigo
- A veces el invierno trae sorpresas…
- Quizás sólo somos nosotros…

La noche se columpiaba sobre la lluvia y la madrugada que se acercaba peligrosamente sobre sus cabezas los hacia temblar un poco. Había sido una noche perturbada con la realidad, hasta Efi a los lejos lo podía sentir, fue por eso que en su cuarto apagó su computadora, cerró el libro de tantas noches y se echó en su cama cubriéndose con la frazada por encima de su cabeza comenzando a enumerar las veces que había leído el capitulo 7, ese capitulo que andrés le había leído a Elena aun antes de conocerla.

Todos en esa noche y sin embargo la soledad era la misma dictadora cruel que los obligaba a bailar por separado una canción que en el invierno resulta triste… muy triste…

sábado, 12 de junio de 2010

Toda mi mano gris...



Esta noche volveré a tu casa, quizás pienses que hago siempre lo que quiero, que no me importan los ordenes establecidos por la rutina, y que me da lo mismo eso de que hay una hora para dormir, comer y hacer la vida diaria que todo el mundo hace. No entiendes cómo es que puedo ser tan detestable y aun así quererme cada día con esa fuerza que quizás no quieres tener.

Tal vez pase por tu mente que sigo siendo el mismo, que nunca cambiaré por eso que yo llamo: Las formas. Seguro te sorprende esa reacción cuando tú intentas cada día ser mejor que yo y así sacarme en cara que a veces también me equivoco, entonces quizás piensas que no te quiero lo suficiente como para dejar de ser aquel que no le importa lo que piensen los demás, que oculta su vida dentro de una vida diferente cuando no estoy contigo, seguro te da mucha rabia creer que yo estoy seguro que me estas esperando como siempre en tu casa y que cada vez que suena el teléfono piensas que puedo ser yo, pero no es así porque hace mucho que lo he dejado de hacer, entonces seguro por tu mente cruza odiarme hasta el punto de convertir el cariño en llanto, pero no, yo estoy seguro de que no porque no eres así (o quizás sí lo eres pero de qué sirve decirlo ahora) simplemente puedes cruzar la línea que divide la molestia del olvido y convertir eso en reproches que se escapan a los cinco minutos que te tengo en mis brazos, porque todo se apaga y se oculta cuando mi dedo roza tu mejilla y te cuento lo que un día solitario puede hacer con la hojas que caen del parque, de como la luz es torpe cuando se quiere ser triste por un minuto.

Pero tú no entiendes por qué sigo volviendo a pensar de nuevo en esas cosas, no logras descifrar si en verdad me quieres o simplemente no me puedes dejar, entonces me da tristeza por dentro lo que piensas, me da vuelta tus ojos que se mueven buscando algo en el suelo cuando la duda te invade y yo pienso que vas por buen camino para que el cariño no muera, que tal vez puedas ser tú la que se vuelva diferente al pasado y quizás… Pero sé que es inútil pensar ya en eso cuando otra vez todo vuelve hacer como antes, entonces necesito estar solo, necesito irme porque prefiero extrañarte que tenerte aquí conmigo.

Estoy a punto de conseguir tu odio con unas cuantas palabras y tú lo sabes, estoy seguro que ya te imaginas lo que estoy pensando, entonces por dentro me alegro de que me estés entendiendo, de que quizás ya comprendes de que la felicidad es las más grande mentira que existe, estoy a punto de cambiar, de establecerme en la vida como uno mas y así ser feliz (No es verdad eso, pero de qué sirve decirlo ahora) pero no, la mentira se alza, tú me abrazas mientras por dentro la noche se cobija en mí con toda esa lluvia que nunca cae en Lima y la mentira (que en realidad es verdad pero de qué sirve decirlo ahora) otra vez se ocupó de taparte los ojos.

Hay tanta tristeza en mí cuando sonríes, tanta tristeza cuando me quieres y yo ando por olvidarte.

Mañana no volveré a tu casa en el barrio de los jardines amarillos y tampoco habrá esa primera llamada, simplemente mañana será un día que amanecerá despertando del calendario, habrá personas que cumplirán aniversarios, otras se casaran de mentira y habrá por ahí un loco que se mató por amor, pero para mí sólo será un día que me hundirá en la cama con los ojos cerrados tratando de armar mi vida con la soledad impuesta.

Te extrañaré tanto que te volveré pasado (Aunque todo para mí es pasado pero de qué sirve decirlo ahora…), esa es la verdad absoluta de esta vida que nos ha tocado vivir.

Tan igual y tú tan diferente…