lunes, 21 de febrero de 2011

Simetría...




Y por aquella ventanita todo el frio es gris, muchas cosas se abren y se cierran, la simetría para mí es un círculo bien formado, no me gusta que me falte o me sobre nada, que todo se quede en el número 99, no me gustan las mentiras a medias…

Todo cuanto se alza no tiene forma, muy pocas cosas me muestran la verdad. Yo soy un dios oscuro y feo que se quemó, un ser que se amputó al apagar una vida que era de verdad mi vida… No soy nada de lo que tengo o lloro, nada de eso me dice quien soy, nunca nadie me ha conocido en realidad y las veces que el espejo divide mi cara he encontrado que ni siquiera yo me he visto realmente… Dos más dos es mi realidad, esta realidad con sol y de febrero incansable, muchas fotos he dibujado, he caricaturizado centenares de penas y por primera vez desprecio mis recuerdos… He viajado lejos de una imagen, lejos de mi barrio y del abrigo azul, he ido fumando demasiado mientras iba evaporando el licor en mi garganta… La verdad nada de lo que hay es verdad, la verdad es un cajón con un sobre, la verdad es tu mentira…

Y ahora que llega la hora tarde, la eterna y estúpida hora de siempre con que todos salen y se ríen, esa misma hora que para mí me da una máscara de ser quien soy, solo ahora cuando todos se enojan conmigo, cuando los odio a ellos, solo por este segundo me he perdido entre sombras… Ya no lloro ni sonrío, ya no he vuelto a comprarme un segundo abrigo para abril…

La verdad de los demás es una fiesta estúpida o fumar un cigarrillo en un cuarto mientras copulan como animales, pero para mí la verdad es un recuerdo engrampado en la culpa de intentar ser feliz, lo sé, es imposible… lo sé, nunca en el fondo me dejaría por ser mi verdad y sin embargo sigo aquí, resistiendo a la edad y al daño, resistiendo insultos y a las orgias de llamadas con que para uno seria fácil llegar a esa mierda donde desean que caiga… Y ahora sigo pensando que no me gusta la falta de simetría en mi vida, sólo ahora cuando por fin he mirado un poco mis manos en mi rostro voy consiguiendo esa simetría que a mi espíritu le falta, sé que hay una mano que me ha ayudado, sé que aun es muy temprano para charlar… He devuelto todo cuanto gané y me regalaron y no me quedé con nada más que esto, pero eso casi nadie lo sabe, nadie sabe que soy un asesino y que ando encerrado aun en mi cárcel de nombres y de días, de septiembres y de 26, de domingos insoportablemente tristes…

El sol se ha ido abanicando mi sombra, es hora de marcharme otra vez, quizá ahora pueda irme más lejos y que nadie por fin me encuentre desnudo y con la sonrisa a medias…

jueves, 17 de febrero de 2011

Y todo...



Volver nuevamente hacia atrás, buscando esas contradicciones de caminos desiertos, olor a azúcar y a hojas amarillas (o eran blancas?). Pero después de todo se siente ese sabor a labio sumiso de medianoche, como deteniéndose en noches de dulces y amaneceres de vinos en una calle vacía y a la vez ocupada por consuelos de cartón.

Por ahí mi amor se abrió como una nuez testaruda, como una de esas nueces que para abrirse había que tener un martillo oscuro, pero para eso era otra vez volver a encontrar a la altura de esos ojos ese tono que esperance un lugar semidesnudo y perdido, encontrar en la oscuridad esa batalla desconsolada del Odio–amor y Amor–odio, terminando por caer en el instante mismo donde tú cierras esa puerta y te vas, donde yo me emborracho de vino barato y no te busco, donde las cosas nacen y a la vez mueren porque no encuentran en ese orden esa esperanza tímida de volver a querer oír la voz del otro en tan poco tiempo, en esa rutina de abrazos y besos que despiertan imágenes y cultivan futuros derruidos en unas calles que dejaron de existir hace miles de años.

Pero tú sigues saliendo por esa puerta de madera picada, sigues con la perilla en la mano y retrocediendo para volver a repetirlo todo con más fuerza, una y otra vez lo repites… Entonces si que ahí al reloj sólo le quedan segundos, le queda ese horrible sonido de la manecilla avanzando en la oscuridad hasta ser el oxigeno que no necesito, que todo entra por esa ventanita que me da a una calle donde los autos pasan y hacen sonar sus motores y nunca retrocediendo porque nada en el mundo retrocede, porque en el mundo no existen los pequeños sueños donde somos felices en una casa todo el día juntos, por eso la hora tampoco existe, no, en el mundo sólo existe el adelante adelante. Entonces me pregunto por qué sigo aquí? Por qué mis piernas no se mueven y por qué tiemblo tanto? Por qué el cielo cursi, el lapicero sin carga, las hojas en blanco me hunden en una parálisis ingenua que me hace creer que tú no exististe, que lo que miro es un papel con una imagen borrosa, creo que tienes un abrigo largo y sonríes de lado como si estuvieses molesta, pero yo sé..., sé que en el fondo estas mas allá de esa imagen salida de una simple nube de recuerdo, eres tú encendiéndome ese cigarrillo, eres tú la que me abraza y se oculta en esa piel de durazno a dedicarme una canción que en la radio no deja de sonar, entonces quizás haya que volver a pensarte de manera infantil, de tal manera que te limpies de ese olor a tabaco y vino barato, puede ser que vuelvas con un vestido blanco y encendiendo todas las luces de la casa. Entonces te pediría que botes ese reloj que me asusta tanto, te pediría que rompas todos mis papeles y que vuelvas a tender la cama, sí, eso debe ser mejor, porque pensarte como eras en realidad hace que te quiera más pero a la vez que me hunda en ese “más” que no comprende que para el amor no siempre hay que cerrar la puerta y morir eternamente.

Pero entonces si todo estuvo bien, dónde estas? Por qué siguen las luces apagadas y por qué ese reloj me sigue rompiendo los tímpanos con tanto sonido lento y torpe, por qué esa puerta vuelve a comprender que no estas y vuelve mi charla cotidiana conmigo mismo, vuelve mis movimientos de manos queriendo explicar una figura inexplicable, queriendo jugar con esos vidrios esparcidos en el suelo, contemplando una manera de no querer hundir la cara más allá, más allá. Pero entonces tu boca esta en mi boca, busco ese sabor, esa melancolía con que tu lengua juega con mi lengua, entonces tus labios se ocultan por debajo de mis labios, tus ojos cerrados, el cabello despeinado… Todo se vuelve ese beso con que detienes ese hundir, esa maleza de continuar una pena con otra pena, entonces ese sabor, esa contradicción de sonidos desentonados se vuelven esa pequeña esperanza que se derrama en la quinta botella que tomo, entonces mi abrazo en tu abrazo busca más consuelo, busca no soltarte y querer ser un dictador en tu piel, busca poner marcas, ubicar los centímetros con que naces desde tus pies hasta el ultimo cabello suelto que toco, porque así eres como la foto donde estamos con los ojos cerrados, como las hojas esparcidas con tu nombre que fueron a dar al suelo, porque así eres más que una imagen simple de una mujer también simple, así eres un yo, un más yo, un súper yo… Un yo revuelto en un tú que pone adelante los pasos de una inmortalidad sin contradicciones.

Tus dientes son tan pequeños, da miedo compararlos con los míos, en eso tiemblas, ubicas sonidos, recuerdos antiguos, vuelves a un pasado falso, me sueltas, te suelto, te detienes en medio del cuarto y yo me caigo, me miras, te miro… Los sonidos vuelven, los segundos marchitos caen con mucho peso, avanzas, yo te sostengo de la mano y te sueltas, avanzas, yo te miro, tú caminas, vas a la salida y esa puerta picada vuelve hacer que tiemble, te miro y sigues, vuelve la repetición de los ciclos y el vino aparece en mi mano, el olor a tabaco y las flores amarillas (o eran blancas?)

Te miro, no me miras, avanzas y cierras esa puerta, avanzas y el cuarto se acabó, acabó la imagen, la charla, el labio sumiso, acabó lo cotidiano de nuestras vidas…

Acabó despidiéndose por separado.

jueves, 10 de febrero de 2011

Instante..




Ha llegado otro día de semana en este febrero que me va matando de a poquito por su maldito verano, es todo realmente asfixiante, molesto, triste... Ahora estoy en mi cuarto que es pequeño y echado en la cama voy escuchando The Beatles, subo el volumen y miro mi techo como queriendo buscar algo que no existe ahí.

“Es tarde” digo, demasiado tarde... Lo pienso, mientras trato de ordenar mis ideas, trato de que la música se sincronice con lo tanto que tengo aquí dentro, suena “Something”: Something in the way she moves, attracts me like no other lover. Something in the way she woos me, i don't want to leave her now. You know I believe and how...

Y la pena se mueve como si todo se rebalsara. Hay muchas cosas que tengo que pensar, muchas cosas por deshacer y una a una las voy ordenando porque el tiempo libre de ahora se ha vuelto muerto para mí, es por eso que no importa que siga sonando mi celular, que me inviten a salir, que me ofrezcan una compañía de noche, me parece tan falso y patético salir a burlarme de mí mismo, embarrarme con caricias falsas que los demás disfrutan, yo no puedo compartir una cama hasta el amanecer sin que no sienta nada, no puedo ser tan falso y plástico como todos los demás... Es por eso que solo quiero ordenarme, ubicar contextos, caídas, borrar mensajes, fotos, recuerdos, ver en lo que realmente fallé, hice mal... Ella ya no importa, ella nunca fue ella, ella ni siquiera es la caricatura de lo que creí que fue, entonces eso lo dejo a un lado, trato de que los recuerdos y los instantes se vayan, pero es difícil, así que los meto en un cajón y encima pongo otros recuerdos inconclusos, los tapo bien, trato de que duerman, mientras ahora suena “Across the universe”: Words are flying out like, endless rain into a paper cup. They slither while they pass, they slip away across the universo...

Ahora algo dentro mío duele un poco, yo no sé por qué, esta canción no tiene nada que ver con nada ni con nadie, sin embargo la melodía me mata, me va hincando un poquito y es por eso que subo el volumen y me levanto mientras saco del cajón las pocas cosas que ya no me pertenecen ni a ella y las guardo en la lata vacía, esa que pongo encima de mi armario. Ahora me dan ganas de fumar, de beber un poco, saco el cigarrillo barato de la semana, el vino a medias que tengo siempre escondido y canto fuerte, muy fuerte mientras siento que bajo mi cama hay tanta tristeza, la verdad bajo mi cama es el lugar al que más miedo tengo, es el lugar más peligroso para mí, ahí está todo lo que fui, lo que dejé de ser, lo que perdí hace meses, lo que nunca me dejará ser feliz, es por eso que me arrodillo y abrazo mi cama mientras fumo, pido perdón, mil veces pido perdón porque todo fue mi culpa, mi maldita culpa, yo fui quien debió desaparecer, quien debió hacerse agua, pero ahora estoy solo, no existe nadie que pueda decirme nada, no hay nadie que me consuele, solo estoy yo, pero también estás tú... Sólo somos dos, ya no tres, no, tres no existe, somos dos, solamente dos, por eso esta noche, con este cigarro en la mano voy abriendo cada pensamiento, ya no importa que ya no esté ella, no importa que todo haya sido mentira, no importa ni que ahora suene “Help” en los parlantes: Help me if you can, I'm feeling down, and I do appreciate you being round. Help me, get my feet back on the ground, won't you please, please help me....

No importa que no sea domingo y que aun así yo quiera buscar bajo esa cama el sobre contigo... no, no, me detengo, “ese sobre, no” pienso, así que me levanto mientras sigo guardando momentos, sigo poniendo muchos encima. Casi se acaba el vino y los cigarrillos, mientras pienso que debería salir, mañana me iré de viaje, ya lo decidí, cambiaré mi pasado unos días y cuando venga ya no trataré de estar solo los domingo en este cuarto, buscaré muchas cosas así falle, descartaré muchas así sea lo que necesite... Seré como antes así nunca más pueda ser feliz...