domingo, 26 de junio de 2011

Esparciéndose



Hoy ninguno de los hijos duerme en la casa y la madre mientras da sus vueltas
por la sala, se pregunta retrasando sus pasos.

"Qué paso aquí?"

Tal vez hubo pelea de padres y soltando miles de palabras,
el amor no fue suficiente...

Soltando cólera y partida de defunción
el amor no fue suficiente. (Otra vez)

Hoy la casa está casi vacía y uno de los hijos piensa volver tarde,
la otra es débil, no soporta el llanto.

En verdad siempre fue así la casa, incluso antes de pintarla
y que le pusieran cortinas y trajeran un perro.

La libertad se asemeja siempre de lado y creo que los hijos
crecieron demasiado rápido.

El amor se divide en dos y nunca mas volverá a ser uno solo

No fue suficiente... Y los hijos ya no piensan en eso.
No se hablan... Y los hijos se van caminando

Hoy la casa no consigue ser su casa
La ventana rota, las fotos desperdiciadas...

Los hijos volvieron a las seis.

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jueves, 23 de junio de 2011

Madrugada



Mi madre se quedaba en el sofá y yo suplicaba en mi cama que vuelva conmigo

-Déjenme ir- Les decía a mis hermanos que me sostenían diciendo -Cálmate ya-

“Entre la sala y el cuarto hay dos kilómetros”

Tengo que pasar la cama grande, no oír ronquidos, aguantar la respiración…
-Eduardo, Maria.., déjenme en paz-

Mi madre está sola tejiendo a oscuras,
y mi gato la acompaña donde debería estar yo.
Dónde dejó su vaso que revalsó después de tantos gritos y caídas de platos?

“Entre la sala y el cuarto hay dos kilómetros”

Está con su tristeza de hilos de todos los días de semana
y no recuerda que yo con mis cuatro años aun sigo colgado del
cordón umbilical y que camino junto a ella dejando mi espalda

“Entre la sala y el cuarto hay dos kilómetros”

Hay una casa con un mundo gris que no comprende mi llanto
No comprende la torpe madrugada.

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lunes, 20 de junio de 2011

Buzón.



Soy un ser que escribe para esconderse
Una saliva con huesos y sal en la boca.
Que amó a una niña cuando corría escapándose de una puerta de madera
y que en alguna ocasión lanzó piedras sobre su ventana oscura.

Un ser que al atardecer se amargaba con todos
Que odiaba el mundo por su imagen
y que solía deletrear la palabra: “soledad” al revés.

(Podía sostener una mano y así coger todas las cosas del universo).

Cuando todo era confusión delineaba túneles por el pasto rosado de la ternura,
embarrándolo de excremento hasta desaparecer lo inhumano del mundo.

Cuántos ojalas de la boca, cuánto pudor en su seco genital.
Y me digo que todo lo mío me pertenece ahora,
Y alejo el chorlito donde los demás se ensucian como ratas blancas.

Es verdad lo que escucho y me lo digo para callarme
Es mentira y jamás pude perder una palabra en la lengua.
Soy un insignificante insecto inmortal
Un caparazón con agujas para defenderme.

Me digo: Esta bien…
y otra vez comienzo a escribir.

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domingo, 12 de junio de 2011

Última función



El cine estaba cerrado
Y nos quedó el periódico para cubrirnos de la lluvia.
No hay película y el agua avanza por nuestros dedos que se amarran
con cada luz de poste que se apaga.

La sala está vacía y en la calle todos
caminan con sus paraguas

Nos fuimos caminando por la línea blanca de la pista,
Y ese café que te propuse se enfría por
esos ojos grises que me abrazan

Estas callada y yo te acompaño con mi silencio.
No vimos ninguna película y el periódico se deshace
por no querer ser uno con nosotros.

Estas triste y yo sé eso.
No había ninguna historia ni sonrisa para consolarte
y me dieron ganas de detenerme un rato

Estamos solos y cada quien con su boca junta.
Nos fuimos a casa.

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martes, 7 de junio de 2011



Yo desvisto mi muerte con sueños todos los días
Y muy en el fondo sé que me queda algo pendiente.

Quizá hacer el amor con alguien que ame
o escribir encima de un edificio oscuro.

Me faltará narrar lo que hay en este sótano polvoriento
y quizá por eso nadie escupirá sobre mi tumba,
ni pronunciaran palabras como: “Estupido ser humano”

Cuando la muerte me bese como una mujer en celo,
no tendré más remedio que rendirme a la nada,
desatar mis pulgares ofreciendo lo que tengo hasta que me dé esperanzas
a no rezar nunca mas.

Miraré a Dios y por fin creerá que existo y cuando me observe con sorpresa
le diré que los curas me dan asco y sé que nos reiremos juntos
porque él me dará la razón.

Nos reiremos todos los días hasta cansarnos mutuamente y yo no tenga
mas remedio que despedirme otra vez hacia un lugar que ni siquiera él conoce.

Cuando la muerte me gane a las escondidas podré ser héroe de infancia
Jugaré con mis dedos y no tendré porqué esconderme de nadie
Seré un nombre sin mascaras, un hogar sin puerta

…La canción desagradable de la noche.

Respiraré sobre el aliento de todos hasta saber que dejé de existir.
Y por primera vez podré observarme realmente.
Pero ni aun así nadie me creerá…