jueves, 28 de abril de 2011

Como caídas...



Quédate quieta, por favor no sigas
El aire es diminuto y no consigo respirar con tu voz mezclada en mis manos.

Otra vez tendré que imaginar un campo gris con árboles deformes
Y así tratar de olvidar que tu pecho me oprime
con cuanto recuerdo me traspasa

Estas tan cerca que puedo encontrarme en tu piel
Y no sé si soy yo el que no está aquí y esto no sea
más que tu pequeño dominio de todo a mi alrededor

Quisiera saber qué piensas, por qué siempre vas perdida
entre todos como si fueras asesina y no te importara el hogar.

Ya lo sé, es tu vida.
Tu forma de vivir para desaparecer alguna mañana en medio del caos.

Yo fui el decidido, el hombre marcado de siempre entre tus piernas,
soslayándote como un escalón que no conduce a ninguna parte

Cuántas veces me marcaste con tu odiado gemido?
Cuándo las partes fueron ajenas
y no hubo luz ni mentira para ocupar una semana

Por eso el tiempo nos precipitó de un golpe hacia rincones podridos
“No hay derecho para ser feliz” Me lo dijiste miles veces
empujando la puerta para volver a desaparecer

Hoy la semana continúa con el ojo cerrado y el aire trémulo
de un golpe amenaza como pupilas pegadas en la mano,
como una pierna sobre el frente, la nariz roja…

Mientras nosotros uno y uno... “Por favor detente”

Por favor ve, piérdete un momento, que a esa hora ilumina
la canción triste de todos los días, esa con forma de llanto,
la que no quisimos nunca, la que nos alejó para siempre.

Esa que le causa nausea a todos y que a nosotros nos dejó
con la resaca torpe de los que siempre pierden en la madrugada…

miércoles, 13 de abril de 2011

Despedida.



Te tienes que ir, te tienes que ir, oh sí, claro que te tienes que ir… Todos se han ido ya, incluso las magnolias negras del jardín, incluso los pequeños alientos que formaban caminos por tu piel en plena despeinada lluvia.
Nadie ha quedado, ni siquiera las sombras de sonrisas, ni los amigos estupidos, ni siquiera el trabajo logró quedarse… Por eso te digo que te tienes que ir, lo tienes que hacer rápido, desfigurando fotos debajo de las suelas de diamantes de todos los días que perdimos, y no tienes que parar, ni siquiera contar lo que pasó, simplemente te tienes que ir donde cada mañana despierte todo diferente, donde no hayan recuerdos ni sombras que no se barajan en un viernes cuando todo es tan lejano, y mientras cada camino se haya deshecho, tú ya debiste haberte hecho un hogar y una espuma en el corazón roto, por eso amor te tienes que ir rápido, tienes que huir con mil ojeras en los ojos, tienes que largar la palabra hasta que ya no te encuentre, no hace falta divisar nada, no hace falta ser distinto cuando todo se pierde mientras los autos que pasan detrás me gritan porque ya es tarde, mucha madrugada en cada día donde no es suficiente los cigarrillos ni los discos tontos que nunca fueron tuyos.
Por eso ve, anda, arroja la baldosa de tu alma huyendo rápido, no vaya ser que te pierdas y así no habría porque ordenarnos a volver, no amor, ve, huye, desesperada quebrando los recuerdos, parte la línea y quita la memoria para siempre de mi lado…

Cada noche es una cara nueva, cada caricia y cada aroma son racimos de felicidad que no volverán a ser en la mano nada, claro que todo será igual aquí, no habrá llamadas al doctor, ni insultar al vecino a que se calle, podré ser un hogar sin puerta, esa misma canción de la nada de la que nunca te hablé, y The Beatles puede ya ir muriendo despacito en mis sentidos y Janis Joplin se quedará apagando la garganta en el ultimo vaso de vino mientras escribo la ultima canción aquí, por eso te tienes que ir sin voltear, golpeándome con todo lo que tienes, entregándote por ultima vez hasta que todo sea agua y gritos de placer y luego yo abriré la puerta despacio, pensando en desistir, pero todo quedará a la deriva con culpa y saldrás porque te tienes que ir ya, porque yo debo terminar esta ultima canción para siempre y me iré de aquí otra vez, será lo ultimo porque cuando todas la luces se hayan apagado y las cosas simples y esas donde nadie menciona porque es el demonio de uno, sólo ahí podré yo también irme y no será ya nunca tarde y no seremos par nunca más, por eso te tienes que ir amor, te tienes que ir, mientras yo apago la hoja para siempre aquí, adiós, adiós…


Adíos aquí.

lunes, 11 de abril de 2011

Hace cuatro años...



Ya no sé cómo podría ser mi vida sin ella, sin sus manitas tibias tocando las mías para llevarme a jugar a su rinconcito de siempre. No hace mucho que ella está en mi vida y sin embargo yo siento que mi cariño logró una cúspide la primera vez que la vi tan pequeña e indefensa.

Ella se llama Alejandra, mi Ale… es la hija de una de las mujeres mas importantes de mi vida y desde hace casi cuatro años ha transformado mi mundo en abrazos y pensamientos sobre todo lo feliz que puedo ser estando a su lado.

Aun recuerdo cuando sólo era una palabra, un pensamiento que se agrandaba poco a poco y de pronto Ale llegó en forma de mi sobrina y yo no sabia dónde poner tanta felicidad por su existencia, por su pequeño nombre.

Yo siento que tengo una complicidad con ella desde que nació, que hay un lazo que hasta el día de hoy nos une, quizá porque ella es mi esperanza de lo todo lo que fui y dejé de ser… Ella siempre me alza sus brazos para que la cargue acomodando su cabecita en mi hombro, mientras cierra sus ojitos perdiéndose entre el sueño donde se vuelve más indescriptible e infinita, es por eso que mi hermana se sorprende diciéndome que yo soy el único que la logra hacerla dormir ni bien la carga, que debo tener algún secreto, pero solamente Ale y yo sabemos eso, sabemos las canciones que le he compuesto desde que nació y que le canto al oído cuando la tengo en mis brazos, la verdad sabemos tantos pequeños detalles que van creciendo conforme ella avanza y se va convirtiendo en una hermosa niña, y aunque eso en parte me hace muy feliz también me duele mucho, porque Ale tan pequeña y tan linda, poco a poco crecerá, se ira llenando de este mundo deforme y malo y yo no quiero que nada le toque a ella, no quiero que nunca nadie la haga llorar, que nadie le diga cosas malas y que ella no aprenda esas manías que uno cuando conoce el mundo sin querer (o queriendo) aprende, pero lo sé es egoísta de mi parte pretender que mi Ale no crezca y se quede como una bebita para mí, supongo que en parte el amor siempre será egoísta. Por eso lo único que puedo hacer es velar por ella desde mi condición de tío, puedo poco a poco enseñarle que debe de sonreír y ser fuerte siempre, por eso unas veces al mes siempre me haré el enfermo en el trabajo para ir a su casa a cuidarla, para pasar toda una mañana entre juguetes y dibujos animados, le cocinaré, le prepararé su leche y le contaré todos los cuentos de su repisa, mientras yo la abrazo y ella al mirarme me pregunta con su curiosidad de niña: “Estas triste tio?” Y a mí me da ganas de decirle que no, que no pasa nada y ella que me dice que le cante las canciones cuando era bebita, esas canciones que le creaba cuando nadie más la podía hacer dormir y yo siento que ella en esos momentos me perdona todos los errores que cometí, de todas esas cosas que acaban y que de pronto uno llega con las manos vacías a donde no quiere llegar… Ale puede calmarme lo que ya nadie puede y por eso siempre le digo: “Te quiero mi Ale” y ella abrazándome me responde: “Te quiero tio Ronald” Y yo por dentro me digo perdón…

Por eso mi Ale, hoy que es 11 de abril y que es tu cumpleaños, estaré contigo celebrando que hace cuatro años llegaste a este mundo. Por eso tú y yo bailaremos hoy, haré el ridículo quizá como payaso pero nada importa con tal de que seas cada vez más feliz, porque al igual que por mis padres y hermanos también daría la vida por ti sin dudarlo, ya que eres esa cadenita que seguirá con nuestras huellas, porque contigo puedo demostrar que el amor también puede ser infinito…

Mi pequeña, mi nubecita, mi hermosa princesa… Te quiero tanto… que para mí exististe desde siempre.

lunes, 4 de abril de 2011

Pagina 51



Debería contarte mi secreto oh chica querida, debería decirte como cada mañana bebo un vaso de vino helado mientras me despeino cada vez más en el espejo… Jamás podré amarte porque no amo a nadie, de verdad lo siento oh chica, te he mentido, sin embargo sí te quise hasta la inmensidad y logré quedarme contigo así haya inventado miles de excusas para no verte algunas noches….Claro que sí, sigo con esa maldita música de The Beatles en los oídos y poco a poco he conseguido arrugas en los ojos, no es mucho, solo unas ojeras de amanecidas por humo blanco… Oh claro chica, claro que te he pensado, eras así como una nube demasiado esponjosa que se levantaba sobre mis pupilas, como esa nube que en otoño pasa cuando el cielo está granate, lo he visto imaginando lo que nunca he imaginado al caminar por las pistas...

Es raro chica, jamás pude escaparme de nadie y de ti no tuve la necesidad de intentarlo, mientras sigo abriendo los ojos cada mañana durmiendo cada vez menos, es por eso que me he sentido tan mío, tan para mí y de nadie más y eso me gusta tanto oh chica querida, me gusta tanto como el invierno cuando se tropieza con el cigarrillo que aspiro para despedirme de todos, por eso sigo escribiendo como idiota y hasta me he burlado cada mañana de los autobuses de papel que me llevan a donde no quiero ir, sin embargo me río por dentro, sí chica, me río mucho, por eso debería contarte lo que nunca te he contado, deberías saber que yo fui asesino y que ya no pienso en eso como nadie piensa, solamente he revuelto agujeros de balas rellenando cajas de fósforos al amanecer… No chica, espera, deberías cantarme algo al oído, tal vez uno de esos temas cursiles que te sabes tan bien y que nos gustaba tanto en esas primeras noches, porque yo ando sin polo y te he hecho el amor muchas veces mientras pensaba que ya nunca más necesitarías tu perfume, ya que mi olor te hizo suya, te hizo cada mañana, te sostuvo al alborear… Claro que sí chica, eres mía en el fondo pero ya no deseo eso, ahora ando en otra nube y aun así sigues siendo mía y yo lo sé porque tuve que fingir tanto en las tiendas y parques y sigo fingiendo para que al pasar los días todos crean que me conocen.

Vamos chica, quita esa cara de pena, ya no estamos en esos meses, ni estamos envueltos en mantos que nunca fueron suficientes, por eso aquí me han estado contando historias de suicidas y de monjas calientes, y a todos ellos los he despedido porque no basta ser feliz para querer a todo el mundo, así es chica, eso es mierda, prefiero morir antes que amar a todos, aunque seria muchísimo peor que todo el mundo me amara a mí, realmente seria repugnante… Basta chica, no he caminado toda la Arequipa y parte de Benavides para esto, solo es el vino y los cigarrillos rojos que me empujan al monologo, claro chica, claro que te besaré, lo haré como lo hice ayer cuando no estaba contigo, lo haré en las habitaciones de esos autos que tratan de matarme y no me digas que me detenga en el semáforo amarillo, no me digas que he llorado alguna vez, la verdad es que no supiste nunca nada, pero eso no importa oh chica querida, ya que ando sumando el humo de la habitación y he largado a vomitar mis recuerdos para ocupar lo que el futuro me tiene preparado…

La hora me parte y no podrías comprender mi amor que nunca existió, no podrías comprender el tiempo que hemos pisado bajos las mangas de nuestros abrigos… Y Blackburn Lancanshire queda demasiado lejos y el maldito Lennon siempre tuvo la razón... No chica, no me pienses ahora, estoy fumando bajo ese letrero luminoso que me atrapa, podrías acompañarme pero ya es tarde y tienes que dormir como las princesas de esos libros estupidos, yo me quedaré aquí buscando la canción perfecta para esto, no debe ser complicado ya que sigo de pie y sonriendo malditamente como nunca lo viste de verdad…