miércoles, 20 de octubre de 2010

Ebrio de abril...



Y es de noche y de pronto todo se oscurece a mi lado. Yo estoy oscuro desde siempre, desde que las ventanas se abren y las personas salen a trabajar buscando su periódico y el café bien cargado de la mañana. Yo estoy oscuro desde la soledad, desde el labio sumiso que abandono por las tardes para despegarme tirando por los bordes las hojas sueltas… Nadie sabe de lo que hablo, nadie escucha ni comprende porqué mis ojos son negros y porqué siempre hablo de la luz fastidiosa. Habría que renegar un poquito más, desunir lo práctico borrando el sucio argumento que ya está escrito, despilfarra las vocales y hacer crecer un mundo lleno de tristeza en mis manos.

Pero ahora que el cielo oscuro por milésima vez me ha abandonado, ahora que toda la sequedad de la resaca aparece, he ido pensando en que quizás no debí nunca haber salido de casa, no debí crecer, ni mirar el mundo sorprendido como un niño… Pero bah, estoy solo y ebrio, mirando desde un agujero la luna inmensamente cercana a mí, como si Elena estuviera jugando con las caricias oscuras en el cielo, magullando recuerdos y palabras que se rompen cuando se oye un piano al oeste. Son en estos momentos en que comprendo que Elena ya no volverá, en que nuestro amor solo sirve infinitamente estando separados. Ella siempre lejos de mí y yo oculto entre todas las mesas que aparecen de la nada como obstáculos de colores que me impiden saber en qué lugar me he escondido y por eso no seremos los mismos de siempre y sin embargo el cielo agujerado lleno de infierno gris da la vuelta, gira por mi cabeza y estoy ebrio y ahora de pronto de la nada un ciempiés a aparecido subiendo por mis piernas, jugando con mis nervios, es un ciempiés invisible para los demás que sólo yo puedo percibir, que aparece cuando no se le llama, cuando la luna rebota por la ventana y yo no dejo de tocarla y de sentirme estúpido y cursi, de pensar mil veces en Elena que ya no está, que se ha escapado por los árboles de hojas amarillas y yo la llamo “Amor ven… amor ven…” y ella no me escucha y se va con sus jeanes enormes y su cabello recogido y yo trato de que no se me escape, pero ella se filtra de entre mis dedos abandonándome otra vez… otra vez… No andrés, ella no te abandonó, tú la dejaste ir… Y de pronto al escuchar eso todos me señalan, me empujan y yo cierro los ojos… Elena está sola, perdida entre lunas fuera de esta, ya no está y la sequedad de mi boca me pide otra botella… Ella ya se fue y empiezo a fumar porque odio fumar y el ciempiés asesino sigue subiendo por mis piernas, me tiene miedo pero aun así no deja de subir, a lo mejor habría que llamarme Ronald de vez en cuando… Pero no, es estúpido, yo me llamo Andrés para ella y escribo sin sentido. Escucho a todo el mundo pero nadie me escucha a mí, ni mis amigos, ni las personas a mi lado, ni siquiera yo mismo...

Me siento solo y me gusta y me mata, de pronto suena una canción en la habitación, a lo mejor es Elena que ha vuelto, pero no eres tú, nunca fuiste tú, nunca tuviste algo que se pareciera a mí, jamás fuimos espejos y sin embargo te amé como se ama una casualidad, un amor de colores y frases blandas. Eras tan diferente a mí que me entristecía y aun así intentaba tenerte porque no podía ser de otra forma, habíamos caído en el doloroso juego del boomerang retornando cada instante para luego partir más lejos. Y ahora en esta noche los recuerdos se caen sobre mí uno a uno, como esa vez que me contaste que alguna vez habías pintado, me hablaste de colores y líneas, de textura y olores, de pronto al escucharte algo dentro de mí se abrió… quizás, tal vez, de repente… Podías ser… Elena pintabas? Y yo temblando fui enumerando los días de abril, quería saber cada detalle, fui feliz… mientras tú ahí sonriendo, enseñándome un recorte de periódico donde salías con tu pintura de un premio de colegio, te abrasé. Yo escribo y tú pintas, (escribo música de líneas guardadas en ventanas azules) Me comprendiste un instante sin querer hacerlo, no me importó que me dijeras que ya no lo hacías y que solamente ahora pintabas tu rostro con maquillaje, no importó nada, yo estuve en ese instante de cuadro y te quise de mil maneras entre tanta humedad limeña, entre tanto recuerdo inalcanzable, porque el presente es solo un momento que no tiene freno y que te dispara dejando a uno indefenso con las manos vacías… El pasado se queda con todo y los recuerdos solo sirven para consolar…

Ahora Elena dónde nos quedamos? Por qué siempre pienso y…

Elena: - Déjalo ahí tonto amor extraño –

Extraño… Todo lo es y sin embargo… sin embargo... Nada es mío... Diablos...

martes, 17 de agosto de 2010

Compañeros de invierno...



No dormimos… Estamos abrazados y la oscuridad que penetra todo nos conduce a mirarnos despacio como despeinando caricias que nos hacen juntarnos más, como si nos necesitáramos al extremo de unir aliento con aliento, es por eso que yo avanzo con mi mano por tu espalda y el olor que tiene tu cuello me deja un poco fuera de mí, como si no estuviera en esta ciudad tan inmensa, tan fuera de la bulla y de las aceras grises que me predicen una pequeña lluvia de julio.

Todo amanece fuera de nosotros y esta cama ajena para mí me dice que habrán más noches en que yo esté aquí contigo, en que logre dibujar en tu rostro esas sabanas invisibles en las cuales yo descubro porque eres tan necia y frágil, el porqué tu sombra tiene dos colores que luchan entre sí para demostrar que no eres como las demás, y yo todo eso lo pienso en silencio, a contraluz mientras detengo mi mano que quiere recorrer tus brazos sin importar si te despiertas o no, por eso yo hago el alto, elevo las palabras hasta volverlas en repeticiones donde tu boca se entreabre para respirar de vez en cuando, esa boca que me ha recibido antes de acostarnos y que ha permitido demostrar que un “uno” puede volverse en un “dos” de nuevo. Es tan extraño, antes de venir aquí a tu cuarto, pensé una y otra vez en lo que significabas, qué era eso de tanta extrañeza y de ir buscándote por esos lugares donde jamás te podría encontrar… Qué era eso de borrar marcas y estaciones engrampadas en lunas muertas de abril?

Pero luego llegas en esa noche con tu abrigo largo y con tu sonrisa burlona que poco a poco se va transformando en una ternura demasiado frágil como para que exista por mucho tiempo y es en ese instante que mi instinto te quiere alejar, quiere practicar la soledad para que no falle cuando me sonrías y empecemos a decirnos las palabras de siempre cuando estamos lejos. Yo quisiera mirar de frente, coger la lluvia en el vuelo y derramar las luces hasta que todo se oscurezca a mi alrededor, pero todo falla, todo se quiebra como frágiles campanas que no saben cómo tocar la torpe música del llamado… Nos miramos y sonreímos y te traigo hacia mí con el abrazo equivocado (Pero por qué equivocado?) y te beso la cabeza y siento que te pierdo encontrándote (perder? Encontrar?).

Cierro los ojos y al abrirlos estoy en tu cuarto, y sentados ambos nos reímos mientras buscamos los cigarrillos y el cenicero improvisado, queremos un ambiente que desuna las tantas contradicciones de lo que sucede en esa noche y el humo que avanza hacia nosotros va dibujándonos preguntas que no se responden por ser tan blandas…

“Es extraño” Te digo “Es extraño” lo repites y mientras sucede todo eso, te abrazo sin permiso y junto tus labios para que no reacciones a este impulso necesario para mí y a todo eso que nos viene siguiendo desde el día mismo que nos dijimos “Compañeros”

Ahora echados aquí en esta cama ajena para nuestros cuerpos, luego de tanto humo y besos, de tantas palabras y caricias, estamos aquí recordando a los que nos recuerdan, olvidando a los que no, esparciendo todo lo que no nos pertenece a ambos y por eso es que me acerco, despeino ligeramente tu cabello y tú te mueves un poco sin despertarte, no hicimos el amor, no tuvimos sexo, no destendimos ninguna sabana… Simplemente no dormimos y mientras la mañana retorna, te abrazo un poco más y tú me besas la mejilla, otra vez empezando la charla conmigo mismo queriendo comprender por qué te quiero así, así sin más…

martes, 3 de agosto de 2010

Equivocaciones grises



Ella está a mi lado, estamos en el cine viendo una mala película, y mientras ella sonríe mirándome de vez en cuando de reojo, yo estoy pensando en otra…

Ericka que es una amiga de muchos años y que muy de vez en cuando salimos cuando le doy una llamada después de meses de ausencia, es una persona muy callada y educada, se podría decir que es una chica que como enamorada podría ser confiable y segura, pero en el fondo para mí eso no es suficiente… La última vez que salí con ella fue porque la llamé ya que quería distraerme y despejar de mi cabeza a esa muchachita que me iba atormentado y que hacia unas semanas había decidido alejarse de mí (Por más que siempre fracasaba en el intento). Así que un poco inseguro la llamé invitándola a salir, “Vamos a ver una película ya que hace mucho que no sé de ti” Ella muy alegre me acepta diciéndome que a las 7pm en punto estaría en la puerta del cine Pacifico. Cuando colgué no me sentí mal por lo que hacia, aunque me puse a pensar que las veces que la llamaba para salir era porque estaba siempre enamorado de otra.

Ericka que es tan linda como diferente, nunca me puso a soñar como otras lo hicieron, jamás la pude extrañar en las noches como tantas veces lo hice por otras mujeres que pasaron por mi vida y quizás por eso sí me sentí un poco culpable.

Yo quisiera quererla como se merece, como muchos me dicen que debo hacerlo, pero supongo que siempre es un mal momento para los dos o principalmente para mí…
Aquella ultima vez que la llamé, pensé mucho en la noche antes de dormirme que quizás ya era el momento de intentar algo mas con ella, quizás ya era hora de asentarme y no seguir en la búsqueda de esos amores conflictivos de siempre, pero justo cuando andaba en plena madrugada con esos pensamientos, la chica de quien estaba enamorado me manda un mensaje de texto (Se han puesto a pensar en lo dañino que resulta esos malditos mensajes) diciéndome que necesitaba hablar conmigo, que si podríamos vernos a las 6 pm?. Yo me puse a pensar en mi maldita suerte y en qué era lo mejor que podía hacer? Por un lado tenía que encontrarme a las 7pm con Ericka para ir al cine y si aceptaba la otra salida hacia qué me iba a conducir todo eso? Acaso cambiaria algo que duré más que un par de semanas? Acaso seriamos capaces de volver a querernos? Así que era mejor responderle el mensaje diciéndole que no tenía tiempo… Pero dentro de mí salió una voz que me decía (Esa voz es mi cariño combinado con mi orgullo) “Qué diablos haces? Acaso no te mueres por encontrarte con ella, seguro que te extraña y no puede vivir sin ti” Así que ante eso no me quedó hacer otra cosa que escribirle diciéndole que estaba bien, pero que mejor nos encontráramos a las 5 y que sea en el parque Kennedy. Ella me vuelve a escribir diciéndome que era muy temprano pero que estaba bien. Luego de eso no pude dormir, no sé si me sentía culpable o estaba emocionando de volver a tener comunicación con aquella que intentó irse...

Al día siguiente al llegar al parque encontrándome con ella nos pusimos hablar diciéndonos nuestras verdades, disculpándonos por nuestros errores y entre otras cosas que no vienen al caso mencionar, me sentí un poco feliz, realmente la quería y en el fondo nunca la había olvidado y ella parecía sentir lo mismo porque me pidió irnos juntos a caminar, pero al ver mi reloj y darme cuenta que faltaba diez minutos para encontrarme con Ericka, hice de tripas corazón para decirle que no podía, que tenia una reunión y que me era imposible faltar, ella se quedó un poco preocupada y desconcertada, como si hubiera adivinado lo que iba hacer y seguro que fue así por ese sexto sentido que toda mujer tiene, así que nos abrazamos como hacia mucho tiempo no lo hacíamos, con esa forma de no querer soltarnos nunca y nos dimos un beso…
Al llegar al cine y al encontrarme con Ericka yo parecía ido, realmente mi cabeza estaba en otro lado, así que no me importó que ella eligiese una mala película y que en una muestra cariñosa comprara canchita (Odio llamarlo Pop corn) para los dos. Yo aun estaba en ese instante en el parque, por momentos la miraba de reojo y parecía tan absorta en la pantalla, mientras yo iba buscando un pequeño hilo suelto donde poder encontrar algún cariño hacia ella, ese tipo de cariño que hace que pierda la cabeza y ande como tonto por las calles, pero no, era inútil, lo único que me daba cuenta es que jamás la querría, por lo menos por ahora ya que en el futuro nunca nada está dicho y menos en una persona como yo, y todo eso empeoró cuando me llegó un mensaje al celular (Malditos Textos!!!) que decía… “Hoy te sentí como antes, como siempre te he extrañado, espero que la estés pasando bien y portándote mejor, un beso”. No le contesté, supongo que pensé que ya era suficientemente canalla en esa noche para hacerlo.

Al salir al cine con Ericka comentando la película, yendo a su paradero porque ya era tarde, le digo que fue una alegría verla y ella me responde lo mismo, quedamos en salir nuevamente, que me llamaría o mejor que yo la llamara cuando tuviera tiempo, yo asentí con la cabeza y me despedí de ella con un abrazo (Un abrazo cariñoso pero sin sentido) y la vi perderse entre el trafico.

En el camino contesté el mensaje que había recibido en el cine, mientras iba pensando que nunca mas invitaría a Ericka a salir, por lo menos hasta dejar de ser tan tonto como para utilizarla tratando de remplazar a personas que son irremplazables…

lunes, 12 de julio de 2010

Cuando se imita al amor que nunca fue...



Ella es una chica mala, una de esas mujeres que despierta a uno esa leve ansiedad de preocupación porque sólo alguien así puede ser implacable a la hora tanto de hacer el amor como en la confianza, es por eso que yo mantengo mi distancia, una brecha que me permita no volverme loco y caer en la trampa de quererla cuando definitivamente no se le puede querer. Yo no sé si tiene novio o quizás es una joven casada, su vida es un misterio que en el fondo no quiero pensar, porque sino caería en la cuenta de sus defectos, de sus tantas contradicciones que tiene y simplemente la dejaría de lado, además ella me cuenta muchas historias y al día siguiente las cambia mientras por dentro quisiera decirle que yo puedo ser el hombre mas estupido del mundo con tal de que me bese y me haga olvidar sobre las cosas que me van incomodando alrededor. Yo la conocí en un lugar lejos de los demás, la conocí cuando ella cantaba como loca al caminar y me la presentaron como la lunática más encantadora que hay, y yo eso lo comprobé cuando me contó parte de su vida con una gracia que me dieron ganas de que se quedara conmigo hasta la madrugada.

Ella siempre me decía que le gustaría irse a Hawai porque una vez de niña escuchó una canción de Mecano que lo cantaba con tanta gracia y emoción que definitivamente algún día tenia que ir a ese lugar, esa canción se llamaba “Hawai Bombai”. Yo siempre me reía cuando me lo contaba y le respondía que esa canción alguna vez me había dado nauseas, Lina que es como se llama ella, siempre me daba un pequeño empujón cómplice comprendiendo que yo a veces suelo ser muy irónico. Cuando ella terminaba de contarme eso yo le decía que algún día me iría de viaje a Cusco solamente con una maleta y con el dinero suficiente para gastarlo de noche en noche. Lina que a veces suele ser muy seria me dice que tenga cuidado porque me puede pasar muchas cosas como que el bus se caiga por un barranco o que al llegar ahí me asalten y si sobrevivo a esas cosas quizás me pueda contagiar de alguna enfermedad como el sida si es que me meto con una gringa cualquiera. Yo la miraba en silencio y luego le decía que sus buenos deseos estarían conmigo siempre y que cuando me pase alguna de esas cosas la recordaría con mucha fuerza en el instante de mi muerte.

Lina no quiere tener pareja, solamente ser libre queriendo a todos los que quiere querer, me dice que yo soy una de las personas que mas quiere aunque en el fondo tiene un tipo de resentimiento conmigo que no sabe el por qué lo siente, yo le digo que también la quiero pero que jamás la querría como he querido antes, ella se ríe y me responde que soy el hombre mas idiota del mundo, yo le doy la razón respondiéndole que aun así ha sido mía como muchas veces fue de otro y que eso no me molestaba en lo absoluto porque nunca mencionamos ser fieles y mas cuando no hay ni un compromiso. Ella que siempre es muy zafada me abraza diciendo que si algún día está por morirse me buscaría para que nos casemos y yo me quede con sus cosas o quizás con sus deudas, yo le respondo que se busque a otro porque yo nunca me voy a casar y menos con alguien que solo me buscaría cuando va a morirse, entonces luego nos besábamos hasta terminar muy lejos de ese lugar para que nadie nos viera.

Un sábado cuando estaba caminando con una amiga que recién había conocido por Miraflores, me crucé con Lina que estaba acompañada de un tipo que yo no conocía, los dos nos miramos entre sorprendidos y curiosos y sin saludarnos seguimos avanzando cada uno por nuestro lado, pocos minutos después me llega un mensaje al celular diciéndome que era un maldito infiel y que no debería seguir su ejemplo y luego con una carita cómplice se despide.

Por esa época me alejé lentamente de ella porque me estaba gustando otra persona y Lina se dio cuenta porque un día me dijo que ya no la quería como antes, yo le decía que es la persona a quien mas he querido sin quererla y ella que se reía de nuevo como antes y de nuevo nos perdíamos por los mismos rincones y casas viejas que escribiría nuestra historia.

Hasta que un día no supe más de ella, el numero de su celular se desactivó y lo peor que nunca supe dónde vivía, hasta que una noche la encontré en una reunión en la casa de unos conocidos y toda la noche estuvimos charlando de como el cielo se vuelve gris cuando uno está borracho. Ese día bailamos y quise decirle que la extrañaba tanto aunque siempre tenia en claro que Lina no era una chica para querer como se debe querer, por eso ella me decía que era su amante preferido y yo le respondía que no me gustaba esa palabra y que la cambie por el “desconocido a quien más quisiste” Luego nos besamos y volvimos a escaparnos de ese lugar.

Fue la última vez que pasé la noche con Lina, luego de eso seguí andando con otras personas y el trabajo me sumergió en un encierro que busqué para no perderme yo mismo. Poco a poco ya no la recordaba, como si nunca hubiera existido, quizás era la ultima de mis defensas que tenia contra su persona. Meses después me fui a Cusco y cuando estuve en el bus de madrugada observando el barranco por donde cruzaba el bus, la recordé con una fuerza que le di la razón eso de que era el hombre mas idiota del mundo y por eso me puse a cantar nostálgico “Hawai Bombai”

miércoles, 23 de junio de 2010

Todo es una caricia que duele...



- Te acostaste con ella? – Al terminar de decir esa frase, andrés comenzó a sentir una pequeña tristeza que giraba en torno a él mientras todo allí era lluvia y olores a cosas mojadas. – Siento que ya no me quieres… o mejor dicho, siento que vas figurando las cosas repetidamente, que yo no soy yo para ti o mejor dicho que sólo soy un recuerdo, ese recuerdo que te ata siempre a las cosas que se sienten…

Se miraron de reojo mientras la lluvia seguía despeinándolos como flores secas que no tenían oportunidad a nada. Empezaron a oír que de lejos la pequeña bulla de la ciudad los acercaba aunque sea por ultima vez, es por eso que andrés sabía que todo lo gris y lo negro de esa noche seria la despedida que no quería tener, no, definitivamente aun…

- Si supieras tantas cosas, sabrías que te equivocas mucho, muchísimo al decirme esas palabras, eres la persona a quien más he querido, aunque eso no significa que podamos estar juntos… sólo que…

- Sólo que te acostaste con ella!!! Que la amas y que yo fui tu amor de peaje… quizás una excusa para tu soledad, quizás…

Antes de acabar de decir esa frase, andrés abrazó a Elena perdiéndose entre esa cabellera desordenada, quería decirle que Efi era algo que iba más allá de todo eso, que era eso que el invierno siempre trae, uno de esos cuentos tan bellos que nacen y de pronto tienen un final que termina con unas palabras que no dicen nunca nada… Efi era como una de esas flores que se quedan lejos porque nacieron allí y andrés lo supo desde siempre, no había forma de atar el cariño con el dolor, no había forma de substituir un mundo con una luna que siempre se levanta para parecer un espejo pequeño, por eso siempre querría a Efi, la querría por ser puente en medio del desastre, a pesar que jamás se había acostado con ella, jamás habían sido uno como tantas veces se prometieron ser, no, el cariño va mas allá que unas palabras y un simple color que se mueve. Efi era la señorita que diría siempre “Vos” y él era el tipo solitario que al decirle “Tú” sin querer hacia que se aleje hasta que ella se diera cuenta de eso. Y cómo iba a doler algún día... dolería y después de mucho tiempo (si se quiere decir así) todo se volvería blando como una caricia y luego ya no se necesitarían para escribirse más cartas, ya no se necesitarían para mirar como ella juega con sus cabellos mientras él la mira con una ternura lejana y de amanecida, no, ya no, pero qué triste resultaba todo… Y por eso Elena no sabe que Lima es ella, que nunca se iría porque Lima es ella... Cómo explicarle que ella sí podría existir de verdad para él…

- Todo tiene algo de invierno y hoja seca, de esos lugares arbitrarios a la memoria y cursiles a las palabras, todo tiene algo de ti y si supieras muchachita tonta hasta qué punto todo tiene que ver contigo, hasta la misma Efi, aunque no quisiera meterla a ella en esto, no quisiera tener que escuchar su nombre con el tuyo juntos… Todo es una caricia que duele…

En la calle los charcos que se formaban hacían que tuvieran que saltar de un lado a otro, parecía que bailaban infinitamente, pero en un movimiento equivocado Elena tropezó con quizás su pena y cuando estuvo a punto de caer, andrés alcanzó su mano e hizo que volara por un segundo hasta tenerla de nuevo a su lado, otra vez quería abrazarla como hacia unos minutos, pero no quería interrumpir aun esa danza que la noche los había conducido, aun había una forma para que el amor funcionara así ninguno de los dos comprendiera qué podría ser…

- Nunca pensé que supieras bailar tonto
- Nunca pensé que bailaría contigo
- A veces el invierno trae sorpresas…
- Quizás sólo somos nosotros…

La noche se columpiaba sobre la lluvia y la madrugada que se acercaba peligrosamente sobre sus cabezas los hacia temblar un poco. Había sido una noche perturbada con la realidad, hasta Efi a los lejos lo podía sentir, fue por eso que en su cuarto apagó su computadora, cerró el libro de tantas noches y se echó en su cama cubriéndose con la frazada por encima de su cabeza comenzando a enumerar las veces que había leído el capitulo 7, ese capitulo que andrés le había leído a Elena aun antes de conocerla.

Todos en esa noche y sin embargo la soledad era la misma dictadora cruel que los obligaba a bailar por separado una canción que en el invierno resulta triste… muy triste…

sábado, 12 de junio de 2010

Toda mi mano gris...



Esta noche volveré a tu casa, quizás pienses que hago siempre lo que quiero, que no me importan los ordenes establecidos por la rutina, y que me da lo mismo eso de que hay una hora para dormir, comer y hacer la vida diaria que todo el mundo hace. No entiendes cómo es que puedo ser tan detestable y aun así quererme cada día con esa fuerza que quizás no quieres tener.

Tal vez pase por tu mente que sigo siendo el mismo, que nunca cambiaré por eso que yo llamo: Las formas. Seguro te sorprende esa reacción cuando tú intentas cada día ser mejor que yo y así sacarme en cara que a veces también me equivoco, entonces quizás piensas que no te quiero lo suficiente como para dejar de ser aquel que no le importa lo que piensen los demás, que oculta su vida dentro de una vida diferente cuando no estoy contigo, seguro te da mucha rabia creer que yo estoy seguro que me estas esperando como siempre en tu casa y que cada vez que suena el teléfono piensas que puedo ser yo, pero no es así porque hace mucho que lo he dejado de hacer, entonces seguro por tu mente cruza odiarme hasta el punto de convertir el cariño en llanto, pero no, yo estoy seguro de que no porque no eres así (o quizás sí lo eres pero de qué sirve decirlo ahora) simplemente puedes cruzar la línea que divide la molestia del olvido y convertir eso en reproches que se escapan a los cinco minutos que te tengo en mis brazos, porque todo se apaga y se oculta cuando mi dedo roza tu mejilla y te cuento lo que un día solitario puede hacer con la hojas que caen del parque, de como la luz es torpe cuando se quiere ser triste por un minuto.

Pero tú no entiendes por qué sigo volviendo a pensar de nuevo en esas cosas, no logras descifrar si en verdad me quieres o simplemente no me puedes dejar, entonces me da tristeza por dentro lo que piensas, me da vuelta tus ojos que se mueven buscando algo en el suelo cuando la duda te invade y yo pienso que vas por buen camino para que el cariño no muera, que tal vez puedas ser tú la que se vuelva diferente al pasado y quizás… Pero sé que es inútil pensar ya en eso cuando otra vez todo vuelve hacer como antes, entonces necesito estar solo, necesito irme porque prefiero extrañarte que tenerte aquí conmigo.

Estoy a punto de conseguir tu odio con unas cuantas palabras y tú lo sabes, estoy seguro que ya te imaginas lo que estoy pensando, entonces por dentro me alegro de que me estés entendiendo, de que quizás ya comprendes de que la felicidad es las más grande mentira que existe, estoy a punto de cambiar, de establecerme en la vida como uno mas y así ser feliz (No es verdad eso, pero de qué sirve decirlo ahora) pero no, la mentira se alza, tú me abrazas mientras por dentro la noche se cobija en mí con toda esa lluvia que nunca cae en Lima y la mentira (que en realidad es verdad pero de qué sirve decirlo ahora) otra vez se ocupó de taparte los ojos.

Hay tanta tristeza en mí cuando sonríes, tanta tristeza cuando me quieres y yo ando por olvidarte.

Mañana no volveré a tu casa en el barrio de los jardines amarillos y tampoco habrá esa primera llamada, simplemente mañana será un día que amanecerá despertando del calendario, habrá personas que cumplirán aniversarios, otras se casaran de mentira y habrá por ahí un loco que se mató por amor, pero para mí sólo será un día que me hundirá en la cama con los ojos cerrados tratando de armar mi vida con la soledad impuesta.

Te extrañaré tanto que te volveré pasado (Aunque todo para mí es pasado pero de qué sirve decirlo ahora…), esa es la verdad absoluta de esta vida que nos ha tocado vivir.

Tan igual y tú tan diferente…

domingo, 30 de mayo de 2010

No todo lo que se ama es el amor...



Aquella mañana intenté no pensar en ella. Es realmente frustrante para mí dejar de hacer ciertas cosas que en el fondo deseo con toda mis fuerzas, y no, no es que no pueda estar sin sus ojos o esos labios que alguna vez estuvieron en los míos, simplemente es que siento que estoy cayendo en la misma trampa de siempre que es la de nunca olvidar… Porque yo jamás he podido olvidar definitivamente a todas las mujeres que han pasado por mi vida ya que en cierto sentido son inolvidables y hasta podría decir... irreemplazables, porque cada una a tenido un mundito que no ha sido derrumbado por nadie, y lo hablo en general, hablo por mis “ex” como de mis aventuras de una noche o de semanas, hablo por cada instante en el que pude ser más que un uno mal parado, en el que pude multiplicar mi soledad con la soledad de alguien mas, y esto no quiere decir que a todas las siga queriendo aun, no, es que simplemente esos “instantes” que llamamos “recuerdos” se vuelven más fuerte que cualquier cariño que pudo haber. Me es tan difícil deshacerme de todo eso y hasta he llegado en muchos casos de obligarme a seguirlas queriendo por el simple hecho de que no me atrevo a perder todo lo que llegué a sentir, así que me aferro a sus fotos, a recordar paso por paso cada lindo y excitante momento que viví en alguna calle o lugar escondido, llego al extremo de seguir escuchando las mismas canciones patéticas de esas épocas y desde hace un par de años lo que hago es escribir sobre algún momento cumbre que tuve con algunas de ellas, y mientras avanzo con mis dedos en el teclado es como si ese “instante” hubiera resucitado en mi cabeza tan vivamente que cuando termino de escribir siento que el pasado se volvió un presente abstracto y con marcas fuertes.

Yo sé que el amor nunca será perfecto y que vive gran parte de si mismo en la agonía del cansancio y es mas… estoy plenamente convencido de que no existe “La persona ideal” para cada uno de nosotros, realmente es terrible pensar eso, tener esa idea diabólica de que hemos sido destinados para esa única persona y que el universo conspirará para que ese encuentro tarde o temprano suceda. No, jamás creí en ese amor de los poemas de Neruda, nunca me tragué la charlatanería de Romeo y Julieta muriendo estúpidamente, y no niego que en parte es menos complicado pensar que la vida es así. Yo creo firmemente que estamos hechos de esos instantes en que logramos trascender de esa asquerosa cotidianidad de todos los días. Yo sé que amaré a muchas como he amado antes, quizás al final me case y tenga tres hijos, una mascota y muchas deudas o si la vida me quiere dar algo diferente quizás me quede solo para siempre y en parte quizás es lo que en el fondo deseo, creo que amo demasiado mi soledad para empeñarla en un papel, además porque tengo la seguridad que hay personas que han nacido para quedarse solas hasta el final.

Por eso desde hace unas semanas decidí dejar de escribir, ya no mirar más fotos en la computadora y de ir borrando muchos teléfonos de mi agenda. Ahora me he dejado crecer un poco la barba, ando usando más seguido mis lentes y me he cortado el cabello. He comenzado a tapar mi timidez con una mascara de indiferencia, porque si miro a una chica y me parece simpática entonces me le acerco iniciando una conversación estupida tratando de descubrir si vale o no la pena. Poco a poco me he alejado de mi entorno y cada vez sé menos sobre la vida de mis amigos, casi no estoy en casa durante la semana y poco a poco he ido durmiendo menos. Ya no me alimento a mis horas y me está preocupando cada vez más de no encontrar a alguna persona verdaderamente inteligente con quien poder conversar sobre el mundo y sus caprichos.

Como verán he ido reemplazando mis caminatas de recuerdos de aquellos amores con caminatas sobre el futuro negro que quizás se avecina.

Aunque tal vez de aquí a algunas semanas vuelva a lo de antes, quizás me encuentre con algún amor de ese pasado y de nuevo vuelva a esa molesta manía mía de recordar todo eso tratando de alargar poco a poco lo que ya se murió hace mucho, quizás por eso lo único importante en estos momentos para mí es mi soledad, mi torre que se va construyendo cada vez mas lejos de todos. Y eso no quiere decir que me haya vuelto un antisocial o un renegado ante los demás, no, para nada, es más, quizás si alguien que me conociera me hablara en estos momentos pensarían que ando de un mejor humor y hasta podría contarles que hace algunas semanas he conocido a una nueva chica que me parece muy interesante y por eso deseo conocerla cada vez más...

Lo que finalmente quiero decir es que sigo siendo el mismo tipo flaco que no se convence de que la vida es así como aparece ante mi vista, quizás nadie me entienda, quizás aburro y la verdad eso me importa tanto como la mortalidad del mosquito, simplemente quise escribir un rato y como ven me salió esto…

sábado, 1 de mayo de 2010

Monologo contigo...



Vienes aquí, de nuevo, otra vez, como tantas otras veces… Vienes aquí contando tus pasos como si fueran monedas hechas de algodón. Yo he temblado un poco al verte venir, al verte entrar y cerrar la puerta de esta casa que se ha vuelto un pequeño cuarto de cuatro paredes que nos encierran en círculos inútiles… Sí y digo inútil porque todo ese invierno de allí afuera y toda la lluvia, boca suelta y consuelo, me dicen que no hay nada que te haga cambiar de parecer, de que al fin de cuentas te iras y no volveré a tener un futuro contigo. No sabes cómo duele eso, no sabes cómo el aire diminuto se eleva por mis fosas nasales y ni aun así me siento completo de vida o mejor dicho de tu vida… Sin embargo a pesar de todo eso, a pesar del universo y de ojos café, sigo aquí sin moverme, queriendo quererte nuevamente, otra vez, tantas veces… Te das cuenta? Te das cuenta como todo es inútil? Hasta el hablarte es como un rezo que nadie escucha… Y todo lo mío duele y los balcones de aquellas casas se desmoronan al cerrar los ojos y tú no los ves porque hace mucho que dejaste de creer en esto, y si yo aun percibo esas cosas es porque hay lugares, voces y rostros que nunca se mueren en mis ojos (Como esas imágenes que vienen del sur y que odias tanto)

Pero sin embargo estas aquí, acercándote como danza otoñal en pisos transparentes. Se puede sentir tu miedo, tu calor, tus roces de aire con que respiras diciéndome que no te deje sola… Siento nuevamente que estas confundida y es en esos instantes donde eres esa mujer que odio con todo mi cariño… Jugaremos a músicos, a serenata, a vaivén de mares inhóspitos, jugaremos a tener otros nombres… Y por eso te estoy queriendo apretándote los senos con necesidad y ternura, sin una pizca de morbo ni fantasía cursi, es una necesidad de estar en ti más allá de tu piel, bordeando cada poro como en acuarela de invierno y así poco a poco volverte la dadora de todo el amor, de todos los infinitos, de las palabras que se doblan para significar lo incomprendido que brotan de los labios cuando se ama un amor torpe, un amor que es derrotado por ingenuo, que no resalta ante ningún otro sentimiento y que pierde por el odio, que no tiene fuerzas para luchar, que se muere de frío cuando se separa… Un amor que reúne todas las características de lo inagotable del dolor, que se junta transparente con el infinito para darme la razón de que el olvido no existe, no claro que no… Por eso estas en este cuarto que tiene mucho olor a humo de tabaco, a mucho pasado, con mucha ebriedad de copas y estamos con miedo, inseguros de nosotros mismos porque nada es suficiente, no, claro que no lo es, y te despeino con una caricia mientras sonríes con miedo… “Estas temblando…” Estas agitada, quieres huir mientras te atrapas de mis manos queriendo morir en instantes y yo como un dictador te gobierno en cada centímetro, cada rasgo y lunar es mío, cada aliento y ojos, cada lluvia y amanecida te convierte en esa luz que parpadea en mis pupilas adoloridas por la continua casualidad de encontrarte.

Hace tanto calor aquí y decirte que el amor acaba me suena tan falso ahora, poco a poco estas consiguiendo que deje de creer en mí, y te odio porque me odias, te odio porque nos queremos y es inútil, te odio de boleto, de manía, te odio porque no eres transparente, te odio y millones de cosas más que entiendes perfectamente porque al salir de aquí seguiremos caminando por los parques y avenidas, me seguirás contando de tu familia cruel, de tus futuros anteojos, del vino que tomaras al llegar a casa y yo te miraré porque no se puede querer de otra manera y me dirás que soy un tonto y que no te mire así, luego tantearas entre miles de preguntas para por fin preguntarme por Efi y yo no querré decirte ni una palabra y me volverás a odiar por unos instantes y yo al saber que te estoy perdiendo nuevamente te preguntaré muy cómplice… “Quién es el que te odia con todo su cariño?” Entonces te reirás y de reojo me contestaras… “Tú, Tú, Tú, Tú…”

miércoles, 21 de abril de 2010

Martes de otoño...



Es otoño y es martes. Es otoño y el calendario marca que es veinte. Es otoño y he comenzado a caminar por todas esas calles donde no hay luz y por donde no me tropiezo con nadie porque nadie camina a estas horas por aquí… Estoy andando por estos lugares porque hace frío y porque ha empezado a garuar levemente, quizás es porque yo tanto lo he deseado o quizás es porque la tristeza sin garúa no tiene el toque que necesito para empezar a dejar de querer…

No lo sé, es tan de noche y tan de cielo, es como una mano vendada con una cinta oscura que derrite cada paso que yo antes daba, cada instante en donde yo sabia que la felicidad era tan corta y donde la tristeza me acompaña siempre como un caracolito aquí en mi hombro que me empuja a estos rincones oscuros, como si de pronto de mañana nada fuera lo que debió ser, como si las tantas charlas y caricias que no existieron en un instante dejaran de tener el valor y la ternura que antes tenían. Una palabra, una mentira… Sólo bastó que me mintieras una sola vez para saber que siempre me mentías y cómo no hacerme el tonto después de eso, cómo no sonreír y comentar que nada era tan alegre a tu lado, que nada es suficiente cuando la extrañeza es algo tan insoportable cuando no asomabas con alguna palabra, mientras por dentro todo se deshizo como en el acido mas terrible, todo se convirtió en arena y en miles de kilómetros, todo se convirtió en mi nombre solitario en minúscula… Y dejarte de querer fue la única opción que tuve de repente, dejarte fue una tristeza más de las tantas acumuladas que alimentan a ese caracolito que se agranda en mi hombro diciéndome lo que hay que hacer, lo que es simple y complicado, lo correcto y lo desigual…

Yo siempre he pensado que es complicado volver a querer nuevamente, por lo menos yo elijo siempre (o quizás me elige a mí) la opción mas difícil, la que menos chance tengo y desde hace mucho pareciera que soy un imán para esas situaciones, como si de pronto el caracolito quisiera enseñarme que debo aprender más, a sentir que nada es fácil y que aun no es mi momento. A la larga siempre terminé por desistir de querer porque de pronto ella ya tenía novio, o porque estaba lejos o se iba lejos, porque tenía otro credo o simplemente porque en el fondo dejó de ser lo que era para mí… Y en todas esas situaciones jamás pude jugar sucio para sacarle la vuelta al momento y quedarme dentro de esas personas, jamás pude ser el héroe que usa fuego y aviones para ganar… Y ahora otra vez, como siempre de nuevo sucedió, ahora como si todo fuera un círculo vacío y estupido me choqué con que de nada sirve el querer cuando no hay otros factores que lo hagan funcionar, es como hacer un cuadro solamente teniendo la pintura, sin pincel, ni sopor, sin nada… Seguro muchos al leer esto dirán que soy un pesimista, un torpe que solo busca la desesperanza para empezar otra vez, que no es tan fácil dejar de querer y colorear tantas cosas que de pronto dejaron sin nada a ese nombre, quizás a la larga tengan razón, pero no importa, no importa los nombres ni las tantas canciones desiguales, ya no importa nada, porque este cielo limeño se siente por primera frío después de tantos meses y me acompaña mientras puedo caminar en paz, escondiendo mis manos en mi abrigo y despeinando mis ojos con alguno que otro semáforo que se estaciona en mi vista para de repente desaparecer y seguir caminando… Es tan triste todo que me alegra, siento que otra vez pude dar un paso más a lo que soy…

Por eso hoy dejaré de querer, cambiaré mi nombre y derretiré palabras e imágenes como castillos de hielo encima de un hervidero... Es difícil y a la vez fácil para mí, simplemente dejo de pensar, arrincono el cariño hasta el sótano del desinterés y busco nuevas imágenes amontonando mis días con acciones desmedidas que puedo ir soportando de golpe. Es crudo, quizás irreal, pero a mí me funciona...

Pero por ahora en este instante voy a pensarte un poquito más hasta llegar al mismo puente que conduce a mi casa, y así mañana o la próxima que nos topemos, ya no será lo mismo, ya no… Todo será una casa vacía, una habitación perdida del hotel… Y así por fin este otoño me conducirá a un invierno que espero hace mucho… muchísimo tiempo…

martes, 6 de abril de 2010

Ya no creo en aviones...



Desde luego que Lucy o mejor dicho Lucia se arrancaba la cabeza contra el poste pensado en un lugar diferente. Lejos, muy lejos, de cualquier sitio que mediara su tristeza con paginas de un libro que jamás le escribieron, Porque al diablo todos y con todo, Pensaba encerrada en su cuarto gris, alrededor de libros y de una cama pequeña donde siempre ponía su saquito azul antes de salir.
Era difícil después de todo largarse, moverse en dirección hacia un lugar diferente, encasillarse en un amor que moriría antes que ella al levantarse mientras va pensando “Dónde mierda se quedó mi tristeza?” Porque Lucy amaba tanto que prefería decir que no amaba y más cuando andrés es tan diferente a ella, más cuando andrés le dijo que Lima es una nada cuando los aviones se van hacia el sur, más cuando aquí no hace frió y la pena no logra tomar ni siquiera un vasito de vino helado.
Lucy en aquellas tardes decidía pararse en su ventana que quedaba en un octavo piso desde donde la playa se ve chiquitita. Ve a las gaviotas pasar y ella piensa en las hojas que caen del calendario, ve a las personas correr y piensa que un trago no le caería mal a esas horas, y por ultimo siente los rayos de sol que entra por aquella ventana y decide que andrés se puede ir a la mierda con todo y su perorata de la maldita soledad y de las tantas otras cosas que ella simula no entender. Piensa que ya se va, que todo puede volverse gris, ajeno y el maldito teléfono que suena, que la despierta de su trance y la deposita en una realidad que es esta realidad mal parada, no contesta, prefiere no entender los sonidos y decide explicarse lo que estaba pasando...

El sofá es muy pequeño pero aun así los abrazos se vuelven puentes que no se caen, andrés la quiere y por eso intenta perderse entre su cabello e imaginarse que los calendarios se quemaron, andrés recuerda las tardes en donde Lucy no existía y se da con la sorpresa que ella siempre había existido. Diablos... No puede pensar firmemente y más cuando la cabecita de Lucy se vuelve más suave, más necesaria. él se siente muy débil y se deja llevar en ese sofá donde Lucy duerme, donde él la abraza y donde los lunes son iguales a un domingo que no tiene horario, donde andrés sueña y le entra el miedo de no poder abrazarla mas fuerte, así Lucy no quiere partir de su abrazo, lo busca, lo encuentra, no lo suelta, porque de la nada ella se aferra escondiendo sus ojitos de un llanto que andrés no ve, que andrés no piensa, que andrés sigue con eso de la soledad y ella que quiere seguir durmiendo sin dormir, aunque sea fingiendo que el sur no existe, que los aviones son una oligarquía innecesaria dentro de un comunismo donde andrés siempre ríe, donde nadie entendería porque eso es entre ella y él, que igual el reloj le pesa a pesar que ella finge dormir. Por eso busca más abrazos y escucha que andrés le lee entre sus puntitos un cuento de Ribeyro, que así ella no soporta tanto cariño y él que sigue leyendo, que no se detiene entre ese niño aquel que camina y ella empieza a llorar, él que encuentra fuerzas en esa cabecita castaña y le promete que no dejara de leer aunque el reloj marque las nueve y ella se tenga que ir porque ya es tarde, porque a esa hora sus padres la esperan para cenar, aunque siempre al llegar se encierra en su cuarto porque no entiende nada, no entiende porqué ellos se pelean y la arrastran donde ella sin querer está cayendo; Al sur... sí andrés, el avión se va al sur, a Buenos Aires, por eso andrés entiende que si la buscas no la encuentras y si la extrañas te perderás tú mismo entre tristezas que aparecen sin abrazos, por eso andrés deja de mirar su foto tanto, deja de leer ese cuento y pon atención al anillo que ella te dio, no andrés, no es para que camines horas, tampoco es para sentirte feliz por poder sufrir un ratito, no andrés, eso es mierda, eso es hacerse daño uno mismo con hojas que no escribiste, eso es no esperarla y esperarla a la vez, entiendes?

Pero andrés mira y mira esa foto, conoce esa cabecita y aun así mira, conoce esa mirada chiquita y aun así dale con mirar, intenta decirle a esa foto que él entendió todo, que así es cuando uno sigue atado, por eso Lucia... o mejor dicho; Lucy, entiende que el que no sufre no ama, que entendí bien porqué me siento así, que entendí tu llanto a pesar que dormías, no me mientas Lucy, sé que llorabas, sé que intentaste sacarle a la vida otro calendario pero la vida no entiende de eso, la vida solo avanza mientras te vas al aeropuerto mirando por todos lados a ver si aparezco o no. No Lucy, no aparecí porque es mejor sentirse lejos que estar cerca sin poderte tocar, es mejor mirarte en esa foto sintiéndome feliz de estar tan triste, sintiendo una sonrisa porque la dejé de querer a ella para quererte tanto a ti, por eso Lucy entendí muy bien el porqué en las noches ya no caminaba, entendí bien porque me he quedado calladito y reído tanto, entendí que el verano regresó y por eso me duele la cabeza, entendí tu carta y a la vez intenté mejor no entenderla, es como haber aprendido sin ir a clases, es como que me siento mas viejo, que ahora así nadie me dirá que parezco un niño tonto, si Lucy lo entendí todo, gracias Lucy, así si es bonito querer, gracias Lucy, gracias...

Era la hora de despertarse y la aeromoza le pide que se abroche el cinturón de seguridad, Lucy se quita los audífonos y mira por la ventanita y solo las nubes que aparecen, se siente sola, vacía y triste.

andrés camina solo… Marzo 2004