jueves, 12 de junio de 2014

“¿No te gustaría que te amaran como amaste?”
Me preguntó al acariciar mi nariz 
Y yo por un instante quise saber cómo seria que me ame como yo amé

lunes, 28 de abril de 2014

Tres.



Vienes aquí Mariana, de nuevo, otra vez, como tantas otras veces… Vienes aquí contando tus pasos como si fueran monedas hechas de algodón. Yo he temblado un poco al verte venir, al verte entrar y cerrar la puerta de este cuarto que se ha vuelto un pequeña caja de cuatro paredes que nos encierran en círculos inútiles… Sí y digo inútil porque todo ese invierno de allí afuera y toda la lluvia, boca suelta y consuelo, me dicen que no hay nada que te haga cambiar de parecer, de que al fin de cuentas te iras y no volveré a tener un futuro contigo. No sabes cómo duele eso Mariana, no sabes cómo el aire diminuto se eleva por mis fosas nasales y ni aun así me siento completo de vida o mejor dicho de tu vida… Sin embargo a pesar de todo eso, a pesar del universo y de ojos café, sigo aquí sin moverme, queriendo quererte nuevamente, otra vez, como tantas veces… ¿Ves Mariana? ¿Ves cómo es inútil todo? Hasta el hablarte es como un rezo que nadie escucha y todo lo mío duele y los balcones de aquellas casas se desmoronan al cerrar los ojos y tú no los ves porque hace mucho que dejaste de creer en esto, y si yo aun percibo esas cosas es porque hay lugares, voces y rostros que nunca se mueren en mis ojos (Como esas imágenes que despiertan en mí al dormir).

Pero sin embargo estas aquí, acercándote como danza otoñal en pisos transparentes. Se puede sentir tu miedo, tu calor, tus roces de aire con que respiras diciéndome que no te deje sola… Siento nuevamente que estás confundida y son en esos instantes donde eres esa mujer que odio con todo mi cariño… Por eso jugamos siempre a músicos, a globos azules, a vaivenes de mares inhóspitos, jugamos a tener otros nombres… Y por eso te estoy queriendo apretándote los senos con necesidad y ternura, sin una pizca de morbo ni fantasía cursi, es una necesidad de estar en ti más allá de tu piel, bordeando cada poro como en acuarela de invierno y así poco a poco volverte la  dadora de todo el amor, de todos los infinitos, de las palabras que se doblan para significar  lo incomprendido que brotan de los labios cuando se ama un amor torpe,  un amor que es derrotado por ingenuo, que no resalta ante ningún otro sentimiento y que pierde por el odio, que no tiene fuerzas para luchar, que se muere de frío cuando se separa… Un amor que reúne todas las características de lo inagotable del dolor, que se junta transparente con el infinito para darme la razón de que el olvido no existe, no claro que no… Por eso estás en este cuarto que tiene mucho olor a humo de tabaco,  a mucho pasado, con mucha ebriedad de copas y estamos con miedo, inseguros de nosotros mismos porque nada es suficiente, no, claro que no lo es, y te despeino con una caricia mientras sonríes con miedo… “Estas temblando…”  Estas agitada, quieres huir mientras te atrapas de mis manos queriendo morir en instantes y yo como un dictador te gobierno en cada centímetro, cada rasgo y lunar es mío, cada aliento y ojos, cada lluvia y amanecida te convierte en esa luz que parpadea en mis pupilas adoloridas por la continua casualidad de encontrarte.

Hace tanto calor aquí y decirte que el amor acaba me suena tan falso ahora, poco a poco estas consiguiendo que deje de creer en mí, y te odio porque me odias, te odio porque nos queremos y es inútil, te odio de boleto, de manía, te odio porque no eres transparente, te odio y millones de cosas más que entiendes perfectamente porque al salir de aquí seguiremos caminando por los parques y avenidas, me seguirás contando de tu familia cruel, de tus futuros anteojos, del vino que tomaras al llegar a casa y yo te miraré porque no se puede querer de otra manera y me dirás que soy un tonto y que no te mire así, luego tantearas entre miles de preguntas para por fin preguntarme por Laura y yo no querré decirte ni una palabra y me volverás a odiar por unos instantes y yo al saber que te estoy perdiendo nuevamente te preguntaré muy cómplice… “Quién es el que te odia con todo su cariño?” Entonces te reirás y de reojo me contestaras… “Tú, Tú, Tú, Tú…”
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jueves, 10 de abril de 2014

Dos.



No sabía entender que las cosas tangibles se desdoblaban al cerrar los ojos, como una especie de juego instantáneo que se mueve con el sonido y con las cosas blandas. Por eso Joaquin en cada parpadeo sentía que iba poniendo un punto seguido a todo, como si la vida estuviera hecha de continuaciones que no siempre juegan a favor de uno… Era difícil no sentirse así, por eso le fastidiaba mucho la luz, las cosas amarillas, esas cortinas transparentes que vuelan como si no supieran que estuvieron siempre muertas.

Ahora en ese sábado que iba caminando por los mismos lugares infectados de gentes, de anuncios grotescos y de mucho olor a verano, empezaba a querer hundirse en la soledad, en esa soledad que también se desdoblaba en dos. Por un lado era el sur y por el otro un parque de asientos de madera. “Ya no queda nada…” Lo dijo como tratando de comprender esa calle, ese pequeño bochorno que trataba de ahogarlo con recuerdos que se unían a otros recuerdos y que volvían como un golpe que despierta amaneceres. Era difícil estar cuerdo mirando todo de esa forma, por eso le costaba creer que toda esa noche tenia algo de atardecer de hace algunos años. “Ya no queda nada…” Volvió a repetirlo sin mucha fuerza, despegando lentamente de su ropa la quietud de la noche.

Se detuvo observando las esquinas tratando de decidir hacía dónde dirigirse. Los autos con las luces encendidas parecían que pasaban una y otra vez sobre él y las personas lo miraban como siempre de reojo. Ya esa noche le dolía demasiado como para soportar tantas caricias perdidas, tantas palabras que caen en un agujero inútil. Quiso recordar el olor de Mariana en esas noches donde se perdían en cada rincón oscuro, donde ella lloraba sin comprender porqué lo hacia y Joaquin que siempre le comentaba que era el llanto que venia del futuro, de esas peleas que tendrían sin sentido, de esas canciones que algún día él le dedicaría… “Ya no queda nada…” Por eso Mariana en cada lágrima iba deshaciéndose como si empezara a ser transparente poquito a poquito en los brazos de Joaquin, y él la sentía partir… “Te estoy perdiendo” Era como una forma lenta de separarse, de huir, de decir adiós aun sin decirlo, de saber que aún le quedaba algunos instantes que le dolerían hasta que se convierta en un pasado que no lleva abrigo. La luna es una moneda guardada en la billetera, su perfume se volverá en una de esas calles que se ocultan en las esquinas que a larga nunca más pisará, ni siquiera se podrá volver infinita en la memoria y por dentro sentía un vacío que se agrandaba como tejiendo poco a poco una soledad más oscura y tenia problemas de respirar. “Lo físico se junta con el alma y sale adolorido todo…” Se dijo como queriendo consolarse de lo que sentía. Sus manos empezaron a temblar levemente dentro de los bolsillos de su abrigo, “Tal vez es un poco de ansiedad”. Pensó, o tal vez es una de esas trampas tristes en que uno cae un sábado a medianoche y que no te deja caminar tranquilamente, además el calor es insoportable y se va juntando con el cielo despedazado, con las luces de los postes, todo desembocaba en una pequeña tortura para él. Sentía que necesitaba estar en algún rincón oscuro y frío, un rincón con innumerables susurros que apenas pueda percibir.

De pronto se dio cuenta que no había llamado a Laura, que no había podido escuchar su voz y que de seguro ella lo estaría odiando por eso. Se sintió un poco desolado al no tenerla cerca, de quererla como hace tiempo no quería y aun así con todo eso ella estaba lejos y además no era Mariana, era la ironía del circulo ridículo del tiempo. Por un lado la fuga de Mariana, su adiós y su regreso y su nuevo adiós y poco a poco así tan transparente… Y por el otro lado la persona que lo podía salvar de esa pérdida no se encontraba en ese momento con él, hasta parecía una comedia trágica donde uno se ríe tristemente todo el tiempo, donde las lágrimas son caminos a seguir con los ojos.

Quiero fumar. Odiaba fumar. Necesito fumar. Todo eso apretándolo en espiral sin sentido, “Si Laura estuviera aquí la salvaría” Pero Laura estaba en su casa esperándolo hace horas, por un momento estuvo a punto de ir, pero no, ya era tarde, las ventanas andaban cerradas, así como sus ojos en ese maldito sábado donde ella siempre lo miraba con ese amor de siempre donde él se sentía perdido. “Si Mariana estuviera aquí me salvaría” Pero Mariana estaba acompañada aunque estuviera extrañándolo (quizás un poquito). Estuvo a punto de llamarla… Pero seguro Mariana andaría ebria bailando sin sentido (o quizás con mucho sentido) y estaría riéndose aunque estuviera extrañándolo (quizás un poquito). Estuvo a punto de llamarla… Pero seguro Mariana andaría haciendo el amor en algún rincón, entregándose lenta y perdidamente aunque estuviera extrañándolo (quizás un poquito). Nuevamente Nuevamente Nuevamente… (Hay juegos de escondidas donde se pierde el alma).

Por eso en ese instante guardó su celular y empezó a caminar siguiendo algún aroma conocido, quizás uno que le traiga algún recuerdo extraviado o tal vez otro que aun no existía… Imposible saberlo. Esa noche calurosa empezaba a marearlo, a confundirlo entre las pequeñas ramas que colgaban en cada esquina junto a esos postes de luz y a esas estrellas minúsculas que parecían escupidas de algún claroscuro.

“Ya no queda nada…” Lo dijo por última vez dejando los pedacitos que le quedaba de Mariana y de Laura en cada paso formando un camino lento de ternura infinita y que le dolía mucho… (Mucho y mucho…) Y ni siquiera así tuvo deseos de irse.


...

jueves, 23 de mayo de 2013

Capitulo 8 – Demo – Fragmento.


Laura había podido conciliar el sueño con el poco llanto que había tenido después de tanta madrugada hundida en eso que Joaquín llamaba “La tristeza infinita”


“La tristeza infinita” era como un estado subconsciente (o conciente si se quiere) de una nostalgia que venia de lo mas profundo de uno y que nadaba tranquila y en silencio como una flor en una alcantarilla iluminada. Esa tristeza vivía en uno por mas que uno se riera, se hiciera el amor o simplemente hasta en la misma nada. Cuando uno se es espectador de la danza insignificante de los demás, ahí, en ese punto también uno estaba en la tristeza infinita. La primera vez que Joaquín se lo mencionó a Laura lo hizo con un poco de miedo, ya que ella por mas linda, divertida y distinta que podía ser, era alguien demasiado frágil para escuchar teorías que contradecían lo que ella era, sin embargo Joaquín también sabia que tenia el derecho y aun más, tenia el deber de que Laura lo supiera, no se perdonaría nunca no haber compartido eso con ella, porque la tristeza infinita es algo que te sujeta al mundo en un circulo triste de memoria, de recuerdos que se mezclan con la realidad y que te envuelve en ese camino llamado futuro.

Laura: Para mí todo eso me suena a que nunca podré ser feliz

Joaquín: No, por el contrario, esa es la mejor forma de llegar a esa palabra que mencionas, así suene contradictorio.

Laura: Lo siento como algo lejano, como si fuera una constelación distinta que mis manos no alcanzarían nunca, mis ojos tampoco podrían…

Joaquín: - Quizá conmigo lo conseguirías... Danzaríamos como dos niños jugando quién salta más alto para alcanzar los globos que vuelan por los techos.

Laura: - Y en pleno juego me abrazaría a ti y no querré soltarte nunca, me ahogaría lentamente en tus ojos como si no me importara ser una muerte en esos ríos de cariño donde siempre nadamos.

Joaquín: - Yo haría que vuelvas a nacer lentamente hasta que aparezcas con ese mismo cabello de remolino, exactamente con esos labios que otras bocas han besado y que sin embargo para mí son los más tiernos que he visto en mi vida.

Laura: - Eres un tonto adorado, un maestro humilde con anteojos, un soñador que soñó demasiado y que busca algo que no tiene nombre.

Joaquín: - Busco como tú la felicidad, con la diferencia que yo sé que eso no dura más que un instante, como una bocanada de este cigarro.

Laura: - Yo creo que la felicidad dura algo más, supongo que es una simple esperanza. Me aceptas llamarla así?

Joaquín: - Claro que sí y es tan bueno sentirse así, tan bueno y a la vez tan ciego

Laura: - Y cuando estabas con ella eras feliz? Fue tu bocanada en el fuego?

Hubo un silencio nuevamente, uno de esos silencios donde Joaquín sentía que Laura jamás seria su mano en el futuro, donde él sin querer huiría poniendo un muro entre ellos y eso Joaquín lo sentía tan fuerte que sabia que ella no se daba cuenta lo que hacia con él haciendo esa pregunta. Los ríos que ellos nadan a veces no tienen puente y quizá por eso él a la larga la dejaría de querer, así lo sentía y por eso algo que venia de muy dentro lo apretaba dejándolo en un total desconsuelo por mas que es así como debía de ser… El amor es frágil en la eternidad, el amor es un baile inútil… Y Laura me dejará de querer cuando la abandone lentamente…

Joaquín: - Mariana ya no está, se fue como tantas veces lo hizo antes de volver nuevamente, se fue porque no soportó tanto invierno a mi lado, porque nunca me amó como se ama a alguien que entrega su vida, se fue porque quería otro calor… Se fue… Se fue… Y ya no hay necesidad de unir la palabra amor con su nombre, sin embargo yo siempre querré sus instantes a mi lado, aunque no de la misma manera, sino porque el recuerdo se vuelve más fuerte que el mismísimo amor…

Laura: - Creo exactamente lo mismo que tú

Joaquín: - Siento que danzamos lentamente, que andamos sincronizados.

Laura: - No, ya no estamos con los pies sobre la tierra Joaquín

Joaquín: - Yo sí, todavía tengo un pie que no me deja volar

Laura: Deja a ese pie que disfrute con nosotros, ya que no es linda la vida sin estas ilusiones, no es justo que nosotros estemos disfrutando tanto y que ese pie no.

Joaquín: Es cierto y no sabes las ganas que tengo de volar contigo en esta noche que es la misma para los dos, ya que todo es tan oscuro…

Laura: La magia de los momentos… Porque un desde ayer en la noche lo cambia todo y quizás un instante también y uno comienza a ver las cosas de manera distinta, con otros ojos y con el alma despegada de la tierra porque quiere entregarse a las ilusiones y ahí en ese espacio donde ninguno de los dos vive encontramos eso que buscamos sin cesar, nos mentimos volviendo todo tan alegre y yo en este momento quiero eso, quiero vivir este minuto en la ilusión, si quieres venir conmigo vas a tener que sacar ese pie de la tierra…

Joaquín: - Y a dónde vamos con eso? Hasta dónde? Si al despegarnos todo resulta como uno de esos momentos en que el ojo se cierra y de pronto algo lo hace abrir, es como ver lo más bello del mundo y saber que es tan inútil para uno, como si fuera una piedra en la pista o un árbol que ya no puede crecer más.

Laura: - No estas viendo el vaso medio lleno, estas viendo sólo el medio vacío, a dónde vamos? A donde queramos, hasta dónde? hasta donde la madrugada nos descubra. Veo lo más bello del universo y es inútil, pero soy feliz porque lo veo, me conformo con sólo verlo, sí, eso es lo único que puedo hacer…




Abrió los ojos y todo era claro, la mañana había vuelto y aun percibía esa pena de haber recordado ese instante en pleno sueño. Acaso se podía soñar recordando cada detalle? Cada palabra que se dijeron? Sintió angustia y por eso no quiso salir de la cama, se aferró de la almohada entre sus piernas imaginando cómo sería volver a hacer el amor con él, lo deseaba, quería amarrarse junto a su cuerpo, percibir sus caricias y despegar lentamente su aliento hasta que la llegue a cubrir cada centímetro y más… Todo eso que sentía era un remolino contradictorio y por primera vez entendió qué era eso de “La tristeza infinita”, se aferró más fuerte de la almohada y recitando unas líneas que había leído antes, le dijo cerrando los ojos: “Me das miedo Monstruo americano”


lunes, 8 de abril de 2013

Fragmento.


...Extrañar la lluvia, las calles brillantes como lagunas de cementos, ese olor a humedad, a piso vacío. Extrañar ese no poder ver nada delante, esa apagada ceremonia de huir refugiándose aquí dentro y sentirse caer en lugares que no son los míos, pero acaso algún lugar es el mío? Quisiera escribir explicándolo, pero la lluvia me llama y aquí en Lima no existe nada de eso, aquí en Lima todo es amarillo y rojo, me da la espalda y no sabe que por reflejo yo doblo la esquina para pensar en continuaciones absurdas, mientras se mete en mi solapa medio recuerdo con un cigarro amargo.

Prácticamente he sido cenicero en cuartos absurdos, he sido volcán de ciegos, una luciérnaga muerta por el zapato. Por eso es que la lluvia me llama, se mete en el sueño cuando mi cama naufraga a medianoche, me atormenta con lunares suaves, con ropa acumulada en el ropero. Y aquí esta Lima tan seca, tan sucia y de hormiga, no comprende que ya no la quiero, que la culpo de mis órdenes torpemente establecidos, que le guardo rencor por sus parques, que ya no me logra refugiar en las noches calladito. No sabe compartir conmigo lo que le da a los demás, no me permite playa ni balcones asesinos. Lima no se moja conmigo de cabeza. No esconde los caminos, ni sabe perdonar sonajeros rotos. Lima es la quinta estación vacía que no se nombró nunca, un almanaque detrás de la puerta, una Alicia sin país ni conejo…

miércoles, 6 de marzo de 2013

Despeinado.



Cuando cumplió diez años

Se deshizo por llenar sus bolsillos de algodón

El árbol fuera de la casa le convidaba una sombra
donde podía esconderse a la hora de los juegos

Él se dispuso a cortar papeles en medio de la pista
Muchos autos pasaron
Muchos gritos diferentes en bocas ajenas

Y alguien por ahí lo llamó: loco lunático loco (otra vez)

Cuando se dio cuenta que no tenia amigos le creó un nombre a la pared,
Le rozó con los dedos y le contó su vida:

“Nací muy chiquitito que no recuerdo, como no recuerdo lo que hay dentro cuando cierro mis manos…”

En la época de lluvia le causaba un temor los resfriados,
Se detenía a pensar si las paredes también se enfermaban.

Muchas madrugadas sin dormir, mucho llanto acompañado de muchas historias

Un día cuando se acercó a la pared la encontró pintada con unas letras que decían: Loco lunático loco…

Arrastró sus pies.
Se fue a caminar muy lejos (Despacito).

viernes, 1 de febrero de 2013

Febrero.


Aun está abierto aquel texto para escaparnos.
Aun quedan unos días, unas semanas para dejar
cada pena atrás de nuestros ojos.
Aun me parte tu ausencia por el metro de nuestra cama.

Aun tenemos tiempo de dejar todo atrás y largarnos lejos de aquí
Tienes tiempo de ir desenredando tu presente
De dejar que piense nada de estos tristes meses.
Aun tienes unos días
Unas horas en cien amor.

Aparece con una sola palabra y nos vamos.
Y esta canción que es tan mala
habrá servido para ser de nuevo compañeros.

Y si no te lanzas, y si no te importa lo que digo
Entonces tendré que irme solo en marzo.
Y quizá ya no voltee
Ya no devuelva al pasado nada

Y no te reconoceré.
Ni sabré qué pasó.

Si no apareces amor, si no lo haces...
Entonces besa tu aire
Despídeme de los lugares
Y sabremos que la vida no es no ni sí
La vida es nada.

Vamonos amor... vamonos...
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lunes, 26 de noviembre de 2012

Y entonces…


-Hubiéramos volado, quizá pateado alguna esquina con tal que nos dejaran en paz, hubiera sido tan de nosotros morir en esa acera, debajo de aquel árbol, a lado de esa casa fea y amarilla, quizás andrés si no hubieras dejado que me marche esa noche, hubiéramos tenido más noches para siempre…


- Es simple construir palabras cuando los recuerdos ya ni si quiera se mueven o tienen vida, cuando es fácil decir y ordenar todo como si fuera un cuento que vamos escribiendo y somos esos que dirigimos ese mundo irreal, no sé si logro explicarme, pero de qué sirve saber todo eso ahora? De qué sirve ver tu rostro, ese cabello ensortijado, esos labios que besé escondido tantas noches, de qué sirve que ocultes tu mano para que no siga viendo ese anillo de tu dedo, si a la larga la única conclusión que nos queda es que ya no volverán nunca esos instantes.

- Yo te pensé muchas veces andrés, tuve que lanzar mi celular a la pared para impedir escribirte en esas noches donde nos fuimos, donde yo no volví a ese lugar y tú jamás volviste a buscarme, a veces me pongo a pensar en todo eso. Nos queríamos tanto y sin embargo fuimos capaces de no volvernos a buscar de la noche a la mañana, no sé si eso significa que no nos quisimos lo suficiente o quizá nos quisimos demasiado que renunciáramos a ser felices.

- Míranos aquí tantos años después… No pensé volver a encontrarte.

- Hace frío, recuerdo que amas el frío y que odias el sol.

- Yo recuerdo Larco, la luna, un mes extraviado, recuerdo mucha lluvia y tu confusión. Recuerdo muchos salones vacíos y la bulla con que los autos golpeaban la calle cuando caminábamos abrazados muy temerosos, caminábamos tanto, recuerdas?

- Sí, ya teníamos nuestro recorrido por Larco hasta doblar por la pequeña calle de las trattorias y bares donde una vez te dije que te alejaras de mí.

- Es verdad, ese día todo el mundo me odió, hasta la señora que se nos acercó para decirte que yo te hacia daño, fue demasiado surrealista esa noche, una lluvia incesante, una noche de celos y peleas, una caminata en silencio, tus reproches y mi risa mientras ninguno se atrevía a decir que estábamos enamorados… Creo que fue en ese momento donde supe que nada seria fácil entre los dos, y no me equivoqué, no, definitivamente es fácil calcular mi futuro, es fácil soltar un camino y ponerme ahí por más que no quiera que sea de esa manera…

- Yo siempre pensé que eras un adivino, un brujo ingenuo, a veces dormía pensando en que sabias lo que había en mi cabeza, en que si en ese momento lloraba o sonreía tú lo sabias y por eso me sorprendía tanto cuando llegaba tu mensaje en el momento preciso, a veces me daba miedo de que fueras así, me desequilibrabas completamente, algo así como tu mirada, tu mirada tan penetrante y a la vez triste… Por qué andrés? Por qué?

- Simplemente es así, creo que cambié mucho…

- Pero tu sonrisa es tan linda, tu sonrisa lograba que yo sonriera, me hacia sentir que eras tan distinto a los demás, esa ternura tuya me inundaba, me hacia olvidar a mi familia, la hora, la culpa… Muchas veces creí que lo hubiéramos logrado y más cuando leía tus mensajes al celular, muchas veces casi nos amanecíamos escribiéndonos, y yo deseaba que estuvieras acá, que te dieras cuenta como la luna tocaba mi ventana y yo no aguantaba no tenerte en ese momento y me sentía tan mal, me costaba mucho soportarlo, saber que no podíamos estar y a la vez quererte como a nadie.

- A veces recuerdo esa época, antes lo hacia todos los días hasta que me dije que no era sano eso, así que te fui encerrando en un espacio aquí dentro y solamente te volviste un nombre, una fecha, una foto… Es verdad que habían veces que no podía evitar que aparecieras al dormir, muchas veces soñé contigo, y despertaba con esa inquietud de que no era verdad, de que ya nunca más estarías a mi lado, de que no valía la pena soñar y cerraba los ojos fuertemente y a veces ni siquiera eso funcionaba.

- Una vez, hace casi un año, te vi caminando por miraflores acompañado, te tenia del brazo y tú…

- No quiero hablar de eso.

- Se te veía feliz…

- Te dije que no, no vale la pena.

- Pero andrés, yo te odié…

- Déjalo así…

- Ella no era yo y tú estabas del brazo por Larco, ella no era yo, no entiendes?

- Tú ya te habías ido hace años y créeme que todo eso ya no lo recuerdo.

- Suerte la tuya mentiroso, no te creo nada.

- Hace frío, recuerdo que también te gustaba el frío y que odiabas al sol como yo

- Me haces reír, eres el mismo de siempre…

- No, ya no soy el mismo, sabias que se puede morir y caminar al mismo tiempo? Sabias que se puede vivir sin querer ser perdonado? Sabias que ni siquiera merezco a Dios?

- Todos merecen a Dios y tú mereces ser feliz.

- Creo que está lloviendo…

- andrés…

- Quisiera volar…

- andrés escúchame…

- Tu dedo me empuja a mi casa

- andrés…

- Es lindo haberte encontrado nuevamente, es lindo ver tus ojos, saber que no has cambiado y que sigues aquí dentro, siempre te recordaré, y toda esta noche quedará para siempre en mi cabeza.

- Nunca te hagas llamar Ronald, recuerda que para mí siempre serás andrés, ese el nombre más lindo que existe.

- Y tú recuerda que te quise muchísimo y que te sigo queriendo y que en el fondo estoy feliz por ti.

- Si yo estuviera en tu lugar no te diría eso, sino más bien te odiaría, pero siempre fuiste distinto, siempre fuiste el ideal para todos, siempre tan encantador y tan niño…

- Ya no soy el mismo…

- Cuídate andrés

- Cuídate…

- si algún día me quieres buscar, sé que sabrás cómo, y si no lo haces, sé que algún día nos toparemos nuevamente.

- Tu anillo me dice: chau.

- Ya lo guardé… Cuídate…

- Cuídate…

miércoles, 10 de octubre de 2012

Fotografías


Pueden verse las fotografías a lado derecho de la sala, y las gotas de cada copa se vuelven una pequeña lluvia en tus ojos grises.


El tren parte y las fotografías son estúpidas. Es tu estancia y estamos abrazados, es de noche y nadie entiende, no sabemos a qué hora fue, no sabemos y por eso nos callamos. Tú ya no estas mas aquí y yo me doy perfectamente cuenta de eso mientras alguien toca la puerta como esperando que no se abra, Qué nos queda? Alguien de los dos piensa y los ruidos de la calle se vuelven un no ruidos de la calle, Qué nos queda? Eso ya lo sabemos y en la puerta alguien sigue tocando mientras doy mis pasos que en verdad son pasitos o mejor dicho pasos chicos, son pasos que la alfombra no toca y quizá por eso va doliendo el dolor que siempre esta conmigo.

Son las doce y mis ojos no se dan cuenta que es tarde, las fotografías se llenan de ti mientras voy detestando las gotitas de lluvias que caen en las pocas mesas que me quedan, Dónde estoy? Sigue la bulla de la puerta como un eco desesperado de sonidos que se empujan fuera de mi boca, la oscuridad penetra todo el cuarto y los insectos se fueron por tener miedo. No hay ventana, y si hay ventana no existe, y si hay algún agujero en la puerta tampoco existe. Tienes miedo… Sé que no te gusta sentirte así, y por eso bailas, por eso estas en cada foto que se detiene en mi mejilla mientras nos miramos. Garúa tanto y lloras, no sabes nada pero lloras, esa foto es una pared entre recuerdos tan presentes como este lunes recién recogido. La soledad es algo tan mío, tan tuyo, tan caricia… Es como alguna casualidad cuando en verdad se llama realidad, y los túneles aquí en Lima no existen. No estas... y la calle donde caminamos tantas noches se vuelve un parque lejano que solo aparece en libros viejos que no me dan la razón, Qué nos queda? Sí pues, qué nos queda? Me odias o mejor dicho yo te odio, es la lógica del amor que para nada fue amor. Y las tazas que se rompen, y las mesas que ya no existen, y tú que no te asomas por ninguna parte como te recordaba mientras las calles van empujando este cuarto por no querer abrir la maldita puerta.

Alguien toca, alguien toca, no te das cuenta? Acaso alguien toca? Y me queda saber que no eres tú, por eso abro e intento ocultar esas fotos, mientras le digo a Laura que tú no existes, que sólo eres una simple mujer que no sabe de vasos y de puertas que sin querer se abren. Le explico a Laura que quiero estar solo, no te das cuenta? Eso se llama soledad, eso se llama estar triste. No, escúchame: quiero estar solo, no me hables, es inútil esperar y menos cuando Lima se oculta y derrumba mi cuarto por dejar de decir que no tengo ventana. Tú no eres la de esa foto pero eso ya lo sabemos, sabemos que no estas y que yo... Bueno, sabemos tantas cosas que los detalles no importan, yo sé Laura que estas aquí, no estoy hablando con nadie, Laura no te sientes, quiero estar solo, yo sé Laura, sé que es lunes y que detesto las calles, ves mi ventana? No existe, ves esa foto? Tampoco existe, no Laura, no soy grosero, además qué es eso? No Laura espera, esta bien, siéntate, Laura te pido por favor, no es que... Ambos sabemos que no es amor y por eso nunca viajaremos a tu ciudad, por eso no nos tomaremos ninguna foto, por eso qué frío hace aquí…

Lima no es tu ciudad, aquel lugar no se detiene en ninguna ventana que barre cuartos estúpidos, que agujera ventanas entre un amor que no fue y entre una Laura que sale y que se detiene mirando nuestras fotos colgadas en las cuatro paredes, que sale y se detiene, que se detiene y después sale, que se olvida de los ordenes y olvida que todo eso se llama soledad, eso es no llamar por teléfono y darse cuenta que uno nunca olvida, que el olvido es un punto de vista mientras todo duele, que la maldita distancia es un maldito recuerdo encerrado entre estos muros.

Las fotos se van cayendo una a una mientras el silencio extraña algún ruido, alguna tocada, algún detenerse de aire que huye como polvo dentro de una frazada que no tendimos. Es estúpido y nadie oye, es Lima y todos se tapan los ojos. Nadie mira y el tren de las doce parte y en tu ciudad los recuerdos se detienen en el ya no amor, en los lunes que se caen al piso, que abren ventanas y sepultan unos segundos de imágenes que ya no existen, de imágenes a la inversa, de frente, muriéndose de frío, titiritando cuando la nieve cae y no te das cuenta que por allá son las doce, que escribo y que me esperas jugando con una flor azul, que tú te detienes y me dices que no nos iremos nunca, que es mejor desempacar y seguir tomando ese vino que nos trajimos de Lima, que es mejor el frió de noche que de día donde todos se odian, que el amor siempre es amor... Y aun así dale con que ese año venga y me pregunte por estos meses colgados en una pared simétrica, intentando recodar a Laura, huyendo de una luz y de unas caricias que se fueron por nunca ser lunes. Porque te diste cuenta de todo, porque te fuiste y a Lima no volviste, porque de este cuarto a ti, los pasitos son pasos gigantes de una caja cayendo y de ti totalmente blanca, de ti mirando y de pronto cerrando los ojos, estando muy quieta, estando fuera de todo y siempre cayendo, siempre encima de la tierra, siempre en casa, siempre...

Las fotos son de colores y en blanco y negro, quizás así son menos grandes, menos chicas, quizás así todo vuelve y se va, quizá ya no es lunes y yo no me he dado cuenta...

viernes, 5 de octubre de 2012

Despejar y despejar.


Al verla entrar aquella tarde en la cafetería, Ronald sintió que el invierno había regresado trayendo esa sensación infinita que lo apretaba desencadenando temblores e ideas sobre como es que la ternura desaparece con la individualidad.


Cuando la vio sentarse frotándose sus manos mientras observaba a las personas pasar, Ronald se detuvo en la puerta y un poco con miedo y angustia (Pero por qué miedo y angustia?) caminó hasta el estante a pedir su café muy cargado como siempre, al pasar al lado de ella sintió que ese invierno seria muy largo y tierno (Pero por qué largo y tierno?) Luego caminó sin hacer nada, saliendo de ese lugar abrigándose con su saco negro acomodándose su cabello echándoselo para atrás… Sin embargo fuera de todo ese instante, de los ojos y de la tarde de lluvia que aparecía en ese momento, aquella muchacha no sólo percibió aquel invierno también diferente, sino que al levantar su mirada y al darse cuenta que el que pasaba era alguien que ella había conocido hacía muchísimo tiempo sin saber de dónde y que lo más seguro es que no lo conocía de verdad…pero sin embargo lo conocía, lo había visto quizás en esas nubes de leche o de algodón con que de niña jugaba a ser princesa atrapada, sintió un apretón en su pecho y sus manos temblorosas empezaron a enfriárselas, quiso salir pero se detuvo, tenia miedo y angustia (sí, miedo y angustia) y ese tiempo se le hizo largo y tierno (sí, largo y tierno) hasta que suspiró sobre el pequeño humo de su taza sonriendo levemente.

Durante las semanas siguientes los dos se miraban sin saber qué era eso de mirarse tanto, qué era eso de voltear cuando el otro no mira y viceversa, de nuevo… Como siempre… Cada tarde otoñal se había vuelto un puente para lo incierto, para las despedidas sin decir una palabra y más aun sobre el miedo de que tarde o temprano tenían que conocerse… Cada vez que Ronald avanzaba por esas calles ella de lejos lo miraba y sentía que era demasiado extraño y oscuro, como si él tuviera un tipo de aura distante, parecía caminar como si estuviera solo en el mundo y que las calles fueran un laberinto que ya conocía perfectamente…

Una noche lejos de esa cafetería y de todos los lugares que visitaban comúnmente, se toparon mientras ella observaba maravillada desde fuera de un acuario los peces bailar lentamente sin chocarse, fue cuando sintió un frío que vino desde debajo de su ropa hasta despeinarla lentamente el cabello. En ese instante volteó a su derecha y al verlo venir tan abrigado, tan oculto y en silencio, fue que ella se detuvo en la mirada y él se detuvo también a su lado y los dos al mirarse sin decir una palabra, sonrieron por dentro hasta que Ronald le señaló el oeste, como si ese tuviera que ser el camino donde deberían de ir, pero lo que más le sorprendió a ella fue que vivía también en el oeste. Fue entonces que sintió que las coincidencias sí existían, sin embargo ella aun con miedo no decía ni una palabra hasta que él le dio la mano diciéndole me llamo “Ronald” y fue en ese momento que al sentir su mano de ella, él supo que ese invierno sería una trampa, una de esas trampas donde uno salta para salir herido, pero que era tan hermoso el salto que valía la pena tanto frío, tanta tristeza y temblor, tanto futuro incierto y el querer que de golpe se divide y es cruel y masoquista, es tantas cosas enumeradas siguiendo una fila de días enredados en instantes… Porque todo está hecho de “instantes” y eso Ronald lo sabía tan bien que por eso mismo le señaló el oeste… “Me llamo Malena…” Y sin decir más los dos partieron llenándose de datos mutuos, desde la familia, el credo y tantas otras cosas más que cuando llegaron al puente donde tenían que separarse para irse a sus casas, Elena le señaló el cielo lleno de nubes, pero que en un pedacito cuarteado se podía ver la luna despeinada por la vista, a Ronald esas cosas siempre le parecieron cursiles, tontas, llenas de flores que le causaban molestia, porque el querer al igual que el romanticismo se había degradado con el cursilismo, pero lo que más le molestó en ese momento fue que al mirar esa luna sintió tanta ternura dentro y más con una Malena que lo miraba con esa sonrisa tan calida para ese invierno y quiso odiarse por dentro pero no pudo, quiso odiarla pero tampoco pudo, todo era uno de esos instantes en que ya había caído nuevamente, otra vez… No se había sentido así desde hacia tanto tiempo, desde que el invierno tenia otro color y las calles se llenaban de tantos recuerdo que ya no existían. Entonces por un instante recordó su pasado, sin embargo ya no le dolió tanto eso, lo que le molestó y mucho fue que ya no hubiera nadie para rescatarlo y a la vez también le molestó que Malena estuviera tan cerca de él quitando muros que no se quebraban hace tiempo… “Haces que me sienta como antes…” Le dijo él mientras se ponía los anteojos, observando como a ella el invierno le hacia bailar su cerquillo castaño. Todo con un aire espeso que le prometía un final incierto y de muchas sonrisas por esa avenida grande que Ronald conocía tan bien…

Como si su vida fuera un cuento escrito por un maldito dictador ciego, orgulloso y muy irónico… definitivamente…

miércoles, 26 de septiembre de 2012

La tristeza tiene ojitos cafés.


 
Ese día mi madre me dijo que me vistiese elegante para la primera comunión de mi primo. Yo no comprendía porqué tenia que ir, casi no tenia relación con ese primo y hasta recuerdo que varias veces él me ignoró por ser cinco años mayor que yo. Pero mi madre ya había hablado y a mí lo único que me quedaba era vestirme con mi pantalón azul y una camisa de botones claros…  Se puso los zapatos para ese tipo de ocasiones y su padre lo llamó para peinarlo de la misma forma de siempre con el cabello al costado derecho formándole un pequeño moño en la parte de adelante que le daba un toque a niño bueno.

En el camino iba pensando en buques de guerra…. No sé porqué siempre en mi mente aparecían buques inmensos. El camino era largo, mi tía vivía a una hora de surquillo cruzando las casas coloridas hasta llegar a árboles y pistas de tierra, todo era tan diferente a mi barrio, en especial por ese aire impregnado a campo viejo…   Pero ese día era la primera comunión del primo y otra vez se dirigían a ese lugar, quería que el tiempo pasase rápido casi como un cerrar de ojos… Ya en la casa de la tía todo andaba muy tranquilo, hasta que la sala se llenó de muchos adultos empujando a los niños al patio, eso le molestó mucho a Ronald  (El primer nombre de andrés) porque ahora no podría sentarse y pensar en sus cosas, sino que tendría que dar vueltas por ahí en plena tarde de noviembre.

Fue cuando observó a un grupo en el patio dando vueltas, entre ellos sus hermanos, su primo, otro niño y una niña que se encontraba de espaldas hacía él. Cuando Ronald se acercó como invitándose a jugar solo, aquella niña volteó diciéndole: “Encantado” y le dio un pequeño golpe en el brazo y se fue corriendo con una sonrisa indescifrable en ese momento… No podía creerlo, era como si en un instante todo hubiera cambiado dentro de mí, quién era ella? por qué el juego de un tiempo a otro se había vuelto un puente para saber que existe alguien que me hace dudar sin saber de qué dudo. Cuando estaba a punto de buscar una respuesta, mi hermano me recriminó a que juegue o que me largue, yo no sabia cómo reaccionar, entonces todos empezaron a gritarme que me apure y fue en ese momento que los perseguí, pero realmente no perseguía a nadie, sino que necesitaba acercarme a esa niña que me había tocado y cuando por fin la alcancé, ella me sonrió y no sé por qué su piel blanca y esos ojos cafés me dejaron sin pensamiento, así que ella escapó y lo único que me quedó fue volver a perseguirla… Era la primera vez que Ronald sentía tanta curiosidad por alguien, y más por una niña. Cuando intentaba recordar las veces que su corazón había latido tan rápido sólo conseguía sentir una ansiedad y un vacío muy grande, quiso detenerse pero no podía, quiso llamarla pero no sabia su nombre, rogaba porque todos se fueran y sólo se quedaran ellos dos y mientras mas dudas se le acumulaban lo único que quería responderse era el por qué sentía estas cosas…  Era muy extraño, en mis ocho años de vida, jamás me había sucedido esto, ella no era igual a los demás, no era como mi hermana ni como mi prima, no era como la vecina de mi casa, ni las niñas del colegio, no era igual a mí pero necesitaba que esté a mi lado aunque sea por un instante, todo se volvía tan complicado, pero tuve que disimularlo bien porque sino todos se darían cuenta… Cuando el juego terminó, Ronald se acercó sin motivo hacia ella… Ese silencio incomodo que se apoderó del instante fue tan largo que pude haber dado miles de vueltas por el mundo y seguir ahí. Pero gracias a Dios que el hermano menor de ella comenzó a contarme de su casa, de su perro, de tantas cosas que ella le pedía que se calmara porque no se le entendía y fue ahí que poco a poco los dos comenzamos a reírnos por lo gracioso de la situación.

Cuando él se fue a buscar a su mamá dejándonos solos, yo le pregunté su nombre y ella me respondió que se llamaba Jessica… “Jessica”. Lo habrá pronunciado mil veces en su mente mientras ella sonreía contándole que tenía siete años y juntaba sus manitas moviéndose levemente de un lado a otro. Ronald no podía soportar tanta ternura, tanta emoción y más cuando ese nombre sonaba a dulce de algodón para él. Poco a poco empezó a observarla detenidamente, desde sus zapatos blancos hasta su casaca térmica roja con capucha donde su cuello se escondía dejando su rostro blanco con esos ojos cafés tan importantes en ese momento que no existía nadie mas (Años después andrés se dio cuenta que los ojos cafés eran su más grande perdición). Ella lo miraba preguntándole sobre su colegio y él le respondía con muchas historias que a Jessica le parecían muy divertidas… Recuerdo que toda la noche estuve a su lado, queriendo no perderme ningún detalle, ningún gesto, ya no me importaban ni las bromas de mis hermanos, ni que el cielo esté oscuro, quería decirle muchas cosas pero no sabía qué…

La noche descendió con más fuerza oscureciendo el patio completamente, las estrellas parecían puntitos inútiles sobre el cielo mientras en la casa todos los adultos bebían discutiendo sobre un sin fin de temas. Mientras en la ventana Ronald y Jessica miraban a todos y ella le señalaba a su mamá y él le sostenía su dedito para señalarle a la suya, era todo extraño, por mas que ya era tarde y todos los menores ya se encontraban durmiendo, fue por eso que cuando la mamá de Jessica se dio cuenta que ella aun estaba despierta la llamó diciéndole que mejor se acostara un rato y que por la mañana ya se irían a casa con más tranquilidad… Ella se despidió de mí no sin antes diciéndome que temprano buscaríamos gorriones. Se fue y yo aun permanecía inútil en esa ventana, pensando muchas cosas y a la vez con una tristeza que no podía explicar, así que me senté en el patio observando los árboles inmensos, descubriendo en la soledad  que a veces dan ganas de estar triste sin saber por qué. Luego de mucho tiempo de estar ahí sentí que alguien me llamaba, era el hermanito de Jessica que me decía que algo le pasaba a ella, yo no le entendía bien, pero él insistía tanto que nos fuimos al cuarto. La vi a ella con sus ojitos cerrados y respirando levemente, al voltear su hermano había desaparecido, cuando quise ver lo que le sucedía fue ahí que le toqué sus labios y no vi nada, quizás se había confundido, quizás era una pesada broma, pero no importaba… Ronald estaba hipnotizado, temblaba y seguía con sus dedos paseando por sus mejillas, tocando sus ojos hasta que ella los abrió… Me miraba en silencio, sin decirme nada, mientras yo permanecía con mis manos en su rostro y no sé cuánto tiempo estuvimos así, sin pronunciar palabra, sólo mirándonos a los ojos, hasta que yo sin pensarlo le pregunté: “Estas bien?” y ella me respondió “sí”. Le sonreí acercándome a ella y la besé… Era su primer beso y no supo porqué lo hacia, fue como un impulso, como si fuera lo único que podía hacer en esa noche y ella le respondió con tanta ternura que años después Ronald siendo andrés lo recordaba en silencio con nostalgia, como si la palabra amor hubiera nacido desde una niña de siete años con su casaca roja y ojos cafés…

Luego en silencio me fui al otro cuarto donde dormía mi hermano y me acosté pensando en ella hasta que el sueño me venció. A la mañana siguiente al despertar me di cuenta que ya todos se habían levantado, lo primero que pensé era si es que había soñado todo, cuando por fin aclaré mis ideas, me levanté violentamente y fui a buscarla, pero nada, la busqué en la sala, el patio, la cocina y nada, no había rastro, mi desesperación era tan grande que le pregunté a mi primo por ella y él me respondió que se habían marchado muy temprano. Sentía como si en mi pecho algo hubiera estallado, mis manos temblorosas las flotaba mientras todo iba perdiendo sentido, quería irme, así que le insistí a mi mamá para marcharnos. En el bus de camino cerré los ojos recordándola y la tristeza se alzaba hasta hacerme dormir nuevamente… Desde aquel día Ronald pensaba en ella todos los días hasta que los años pasaron y él se volvió en andrés y a pesar que ya no recuerda cuánto duró el beso, ni la hora, ni siquiera en qué día sucedió, lo único que le quedó claro es que no la volvería a ver y que ella seria una niña para siempre…
 

jueves, 23 de agosto de 2012

23

Amar consiste en acumular toda la pena y ablandarla con compañía, amar significa una noche en cama abrazados llorando hasta el amanecer… Es raro siempre pensé que todas las cosas que alguna vez habían sido escritas no eran para mí, que no significaban o al menos no tenían mi nombre por todos lados… Ahora que este invierno ha ido descascarando mis ojos con días llenos de una soledad recurrente me he dado cuenta que no pertenezco a algún lugar de verdad. No soy de mi casa, del trabajo, de los amigos de siempre, no soy de mis manos, no soy de esta ciudad que se rompe con cada día que pasa… Y no es que esto no lo haya sentido o pensado antes, quizá no me gusta decirlo en voz alta, escribirlo e ir copiándolo aquí, a este abandono de sitio que se abandona cada vez más… Hace tanto tiempo que intentaba escribir y no podía, no puedo… esto sólo es un borrador gastado en una maquina vieja que se deshace cada vez que trato de ser un nombre que ya no tiene significado. Ahora el mundo es extraño, quizá más impaciente y violento, mientras que yo sigo pensando todo, sintiendo todo, adolorido de todo y sin abrir la boca de verdad. He llegado a la conclusión que ser sincero y decir la verdad no sirve para nada, que la mentira tiene más años y experiencia que siempre se traga todo lo bueno y lo entierra en este mundo vicioso y asquerosamente simple. Ahora sé que no sirve de mucho decir las cosas que uno siente, no vale decir horas, paseos, no vale mostrarse como espejo y abrir las manos entregando un mundo que nadie ya merece. Las personas no creen en la verdad, viven en la mentira sabiendo en donde están parados, se bañan y sudan eso… Ahora en Lima llueve y hace mucho frío, ahora uno tose, se despeina y no importa, sólo queda amarrarse las manos, alejarse de todo cuanto llama al recuerdo e ir quitándose poco a poco el polvo de la piel de imágenes construidas que nunca más volverán a respirar. Es raro, todo es raro cuando duele en la noche, cuando uno despierta después de haber soñado cosas que no se deben soñar ya… Amar consiste en dibujar un final, amar es el desnivel de lo imperfecto con la tristeza, amar es nunca poder odiar cuando se debe. Yo jamás pude mentir, engañar, ni imaginarme una vida para siempre, jamás oculté las manos en otras sabanas ni pronuncié otro abecedario, y no me importa que nadie me crea, no me importa que me señale, que escupa sobre mi nombre queriendo dibujarme de una forma distinta para que ella tenga menos culpa de los asqueroso en lo que se ha convertido todo. No me importa sentir pena, sentir felicidad, no me importa ya si llueve o todo se cubre de sol, no me importa crear un lugar donde consolar o insultarme. Todas las caricias, palabras, imágenes, vueltas del mundo no tienen importancia. Hace mucho morí dos veces y no hay nadie que pueda comprenderlo (a veces miro una foto que no es foto y me quiebro sin hacer un gesto…). Seguiré siendo el mismo tipo y saldré, me perderé, volveré, querré, me iré, y nada de eso me importa, así como escribir y dejar en claro que después de tantas cosas (dos) que pasé no merezco ni siquiera respirar, es por eso que a veces… Así que adiós y de verdad adiós compañera.

domingo, 26 de junio de 2011

Esparciéndose



Hoy ninguno de los hijos duerme en la casa y la madre mientras da sus vueltas
por la sala, se pregunta retrasando sus pasos.

"Qué paso aquí?"

Tal vez hubo pelea de padres y soltando miles de palabras,
el amor no fue suficiente...

Soltando cólera y partida de defunción
el amor no fue suficiente. (Otra vez)

Hoy la casa está casi vacía y uno de los hijos piensa volver tarde,
la otra es débil, no soporta el llanto.

En verdad siempre fue así la casa, incluso antes de pintarla
y que le pusieran cortinas y trajeran un perro.

La libertad se asemeja siempre de lado y creo que los hijos
crecieron demasiado rápido.

El amor se divide en dos y nunca mas volverá a ser uno solo

No fue suficiente... Y los hijos ya no piensan en eso.
No se hablan... Y los hijos se van caminando

Hoy la casa no consigue ser su casa
La ventana rota, las fotos desperdiciadas...

Los hijos volvieron a las seis.

.
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jueves, 23 de junio de 2011

Madrugada



Mi madre se quedaba en el sofá y yo suplicaba en mi cama que vuelva conmigo

-Déjenme ir- Les decía a mis hermanos que me sostenían diciendo -Cálmate ya-

“Entre la sala y el cuarto hay dos kilómetros”

Tengo que pasar la cama grande, no oír ronquidos, aguantar la respiración…
-Eduardo, Maria.., déjenme en paz-

Mi madre está sola tejiendo a oscuras,
y mi gato la acompaña donde debería estar yo.
Dónde dejó su vaso que revalsó después de tantos gritos y caídas de platos?

“Entre la sala y el cuarto hay dos kilómetros”

Está con su tristeza de hilos de todos los días de semana
y no recuerda que yo con mis cuatro años aun sigo colgado del
cordón umbilical y que camino junto a ella dejando mi espalda

“Entre la sala y el cuarto hay dos kilómetros”

Hay una casa con un mundo gris que no comprende mi llanto
No comprende la torpe madrugada.

.
.
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lunes, 20 de junio de 2011

Buzón.



Soy un ser que escribe para esconderse
Una saliva con huesos y sal en la boca.
Que amó a una niña cuando corría escapándose de una puerta de madera
y que en alguna ocasión lanzó piedras sobre su ventana oscura.

Un ser que al atardecer se amargaba con todos
Que odiaba el mundo por su imagen
y que solía deletrear la palabra: “soledad” al revés.

(Podía sostener una mano y así coger todas las cosas del universo).

Cuando todo era confusión delineaba túneles por el pasto rosado de la ternura,
embarrándolo de excremento hasta desaparecer lo inhumano del mundo.

Cuántos ojalas de la boca, cuánto pudor en su seco genital.
Y me digo que todo lo mío me pertenece ahora,
Y alejo el chorlito donde los demás se ensucian como ratas blancas.

Es verdad lo que escucho y me lo digo para callarme
Es mentira y jamás pude perder una palabra en la lengua.
Soy un insignificante insecto inmortal
Un caparazón con agujas para defenderme.

Me digo: Esta bien…
y otra vez comienzo a escribir.

.
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domingo, 12 de junio de 2011

Última función



El cine estaba cerrado
Y nos quedó el periódico para cubrirnos de la lluvia.
No hay película y el agua avanza por nuestros dedos que se amarran
con cada luz de poste que se apaga.

La sala está vacía y en la calle todos
caminan con sus paraguas

Nos fuimos caminando por la línea blanca de la pista,
Y ese café que te propuse se enfría por
esos ojos grises que me abrazan

Estas callada y yo te acompaño con mi silencio.
No vimos ninguna película y el periódico se deshace
por no querer ser uno con nosotros.

Estas triste y yo sé eso.
No había ninguna historia ni sonrisa para consolarte
y me dieron ganas de detenerme un rato

Estamos solos y cada quien con su boca junta.
Nos fuimos a casa.

.
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martes, 7 de junio de 2011



Yo desvisto mi muerte con sueños todos los días
Y muy en el fondo sé que me queda algo pendiente.

Quizá hacer el amor con alguien que ame
o escribir encima de un edificio oscuro.

Me faltará narrar lo que hay en este sótano polvoriento
y quizá por eso nadie escupirá sobre mi tumba,
ni pronunciaran palabras como: “Estupido ser humano”

Cuando la muerte me bese como una mujer en celo,
no tendré más remedio que rendirme a la nada,
desatar mis pulgares ofreciendo lo que tengo hasta que me dé esperanzas
a no rezar nunca mas.

Miraré a Dios y por fin creerá que existo y cuando me observe con sorpresa
le diré que los curas me dan asco y sé que nos reiremos juntos
porque él me dará la razón.

Nos reiremos todos los días hasta cansarnos mutuamente y yo no tenga
mas remedio que despedirme otra vez hacia un lugar que ni siquiera él conoce.

Cuando la muerte me gane a las escondidas podré ser héroe de infancia
Jugaré con mis dedos y no tendré porqué esconderme de nadie
Seré un nombre sin mascaras, un hogar sin puerta

…La canción desagradable de la noche.

Respiraré sobre el aliento de todos hasta saber que dejé de existir.
Y por primera vez podré observarme realmente.
Pero ni aun así nadie me creerá…

martes, 31 de mayo de 2011

XI



No quiero esperar un eco de los nombres
Y por eso he resuelto en soltar cada uno de mis dedos para que
sirvan cuando el túnel se cierre de una vez.

Por eso ven, acércate y oyeme gritarle a la cigarra que se plantó
de un tirante oscuro en la pared.

Es como oír una canción y tocar las letras despeinando cada sonido,
crujiendo como los huesos tensados.

Así que no creas que sea posible si me llamas ocultándote,
como si escaparas de mi nombre siendo incompleta como siempre.
Y alejas de tu vientre mi esperanza de tu cuarto,
los gemidos emancipados por mis manos desnudas.

No has podido detener el tiempo en tu instante,
Y ahora lo que haces es pretender una nueva morada.
Separar las líneas inmortales que se ahogan en el remolino de mi voz.

Y lo haces siempre escapando, insultando el camino, gritando: “Maldición!”
Y lo único que consigues es extender el túnel infinitamente.
Igualas al universo y no lo sabes...

No sabes que pensaras llegar al final y me veraz ahí
Y yo inmóvil te ultrajaré sin tocarte
Te haré recordar miles de reproches y el “nunca más” será parte de los dos.

Y otra vez serás la corredora infeliz que huye
Mientras yo esperaré aquí en el vacío...

miércoles, 18 de mayo de 2011

21-23



La madrugada nos destapa
Y tú y yo estamos en silencio.

Hay poca luz filtrándose por los rincones abiertos de la pequeña habitación
Y tu mano va desnudando mi palabra cuanto intento tocarte sin hacerlo.

Estas temblando y todo el giro de la ciudad nos teme
Teme que seamos uno
Y que no haya suficiente realidad para detenernos.

Vamos soñando una y otra vez con los ojos abiertos
Y tú aun crees en el amor,
mientras yo lo escribo porque es lo que somos… Practicantes a soñadores oscuros.

Somos uno solo, uno más dos…
Hemos partido ecuaciones de letras pequeñas y varios colores en esta Lima gris

Por eso no hay porqué buscar a los demás,
ni mostrarnos con las manos unidas por aquellas calles que nos conocen

Es tanto el tiempo que no sé si volaré al despedirme de madrugada
No sé si volveré a conseguir tantos instantes pequeños como este…

Mientras tú ya duermes
Y te voy despeinando al soplar tu mechón caído…

Y en mitad de todo este cielo voy desfigurando cada caricia para partir en la mañana.

Te dejaré dormida y al salir de la casa querré agotar una vez más el silencio.
Y no pensaré un instante en mi soledad por ti, no pensaré…

Hace mucho frio en Lima y aun espero la pequeña garua de este cielo
No traje abrigo y sin embargo no importa
No importa nada…

Más que este cielo cursi e invernal de esta ciudad que nos teme…

jueves, 28 de abril de 2011

Como caídas...



Quédate quieta, por favor no sigas
El aire es diminuto y no consigo respirar con tu voz mezclada en mis manos.

Otra vez tendré que imaginar un campo gris con árboles deformes
Y así tratar de olvidar que tu pecho me oprime
con cuanto recuerdo me traspasa

Estas tan cerca que puedo encontrarme en tu piel
Y no sé si soy yo el que no está aquí y esto no sea
más que tu pequeño dominio de todo a mi alrededor

Quisiera saber qué piensas, por qué siempre vas perdida
entre todos como si fueras asesina y no te importara el hogar.

Ya lo sé, es tu vida.
Tu forma de vivir para desaparecer alguna mañana en medio del caos.

Yo fui el decidido, el hombre marcado de siempre entre tus piernas,
soslayándote como un escalón que no conduce a ninguna parte

Cuántas veces me marcaste con tu odiado gemido?
Cuándo las partes fueron ajenas
y no hubo luz ni mentira para ocupar una semana

Por eso el tiempo nos precipitó de un golpe hacia rincones podridos
“No hay derecho para ser feliz” Me lo dijiste miles veces
empujando la puerta para volver a desaparecer

Hoy la semana continúa con el ojo cerrado y el aire trémulo
de un golpe amenaza como pupilas pegadas en la mano,
como una pierna sobre el frente, la nariz roja…

Mientras nosotros uno y uno... “Por favor detente”

Por favor ve, piérdete un momento, que a esa hora ilumina
la canción triste de todos los días, esa con forma de llanto,
la que no quisimos nunca, la que nos alejó para siempre.

Esa que le causa nausea a todos y que a nosotros nos dejó
con la resaca torpe de los que siempre pierden en la madrugada…

miércoles, 13 de abril de 2011

Despedida.



Te tienes que ir, te tienes que ir, oh sí, claro que te tienes que ir… Todos se han ido ya, incluso las magnolias negras del jardín, incluso los pequeños alientos que formaban caminos por tu piel en plena despeinada lluvia.
Nadie ha quedado, ni siquiera las sombras de sonrisas, ni los amigos estupidos, ni siquiera el trabajo logró quedarse… Por eso te digo que te tienes que ir, lo tienes que hacer rápido, desfigurando fotos debajo de las suelas de diamantes de todos los días que perdimos, y no tienes que parar, ni siquiera contar lo que pasó, simplemente te tienes que ir donde cada mañana despierte todo diferente, donde no hayan recuerdos ni sombras que no se barajan en un viernes cuando todo es tan lejano, y mientras cada camino se haya deshecho, tú ya debiste haberte hecho un hogar y una espuma en el corazón roto, por eso amor te tienes que ir rápido, tienes que huir con mil ojeras en los ojos, tienes que largar la palabra hasta que ya no te encuentre, no hace falta divisar nada, no hace falta ser distinto cuando todo se pierde mientras los autos que pasan detrás me gritan porque ya es tarde, mucha madrugada en cada día donde no es suficiente los cigarrillos ni los discos tontos que nunca fueron tuyos.
Por eso ve, anda, arroja la baldosa de tu alma huyendo rápido, no vaya ser que te pierdas y así no habría porque ordenarnos a volver, no amor, ve, huye, desesperada quebrando los recuerdos, parte la línea y quita la memoria para siempre de mi lado…

Cada noche es una cara nueva, cada caricia y cada aroma son racimos de felicidad que no volverán a ser en la mano nada, claro que todo será igual aquí, no habrá llamadas al doctor, ni insultar al vecino a que se calle, podré ser un hogar sin puerta, esa misma canción de la nada de la que nunca te hablé, y The Beatles puede ya ir muriendo despacito en mis sentidos y Janis Joplin se quedará apagando la garganta en el ultimo vaso de vino mientras escribo la ultima canción aquí, por eso te tienes que ir sin voltear, golpeándome con todo lo que tienes, entregándote por ultima vez hasta que todo sea agua y gritos de placer y luego yo abriré la puerta despacio, pensando en desistir, pero todo quedará a la deriva con culpa y saldrás porque te tienes que ir ya, porque yo debo terminar esta ultima canción para siempre y me iré de aquí otra vez, será lo ultimo porque cuando todas la luces se hayan apagado y las cosas simples y esas donde nadie menciona porque es el demonio de uno, sólo ahí podré yo también irme y no será ya nunca tarde y no seremos par nunca más, por eso te tienes que ir amor, te tienes que ir, mientras yo apago la hoja para siempre aquí, adiós, adiós…


Adíos aquí.

lunes, 11 de abril de 2011

Hace cuatro años...



Ya no sé cómo podría ser mi vida sin ella, sin sus manitas tibias tocando las mías para llevarme a jugar a su rinconcito de siempre. No hace mucho que ella está en mi vida y sin embargo yo siento que mi cariño logró una cúspide la primera vez que la vi tan pequeña e indefensa.

Ella se llama Alejandra, mi Ale… es la hija de una de las mujeres mas importantes de mi vida y desde hace casi cuatro años ha transformado mi mundo en abrazos y pensamientos sobre todo lo feliz que puedo ser estando a su lado.

Aun recuerdo cuando sólo era una palabra, un pensamiento que se agrandaba poco a poco y de pronto Ale llegó en forma de mi sobrina y yo no sabia dónde poner tanta felicidad por su existencia, por su pequeño nombre.

Yo siento que tengo una complicidad con ella desde que nació, que hay un lazo que hasta el día de hoy nos une, quizá porque ella es mi esperanza de lo todo lo que fui y dejé de ser… Ella siempre me alza sus brazos para que la cargue acomodando su cabecita en mi hombro, mientras cierra sus ojitos perdiéndose entre el sueño donde se vuelve más indescriptible e infinita, es por eso que mi hermana se sorprende diciéndome que yo soy el único que la logra hacerla dormir ni bien la carga, que debo tener algún secreto, pero solamente Ale y yo sabemos eso, sabemos las canciones que le he compuesto desde que nació y que le canto al oído cuando la tengo en mis brazos, la verdad sabemos tantos pequeños detalles que van creciendo conforme ella avanza y se va convirtiendo en una hermosa niña, y aunque eso en parte me hace muy feliz también me duele mucho, porque Ale tan pequeña y tan linda, poco a poco crecerá, se ira llenando de este mundo deforme y malo y yo no quiero que nada le toque a ella, no quiero que nunca nadie la haga llorar, que nadie le diga cosas malas y que ella no aprenda esas manías que uno cuando conoce el mundo sin querer (o queriendo) aprende, pero lo sé es egoísta de mi parte pretender que mi Ale no crezca y se quede como una bebita para mí, supongo que en parte el amor siempre será egoísta. Por eso lo único que puedo hacer es velar por ella desde mi condición de tío, puedo poco a poco enseñarle que debe de sonreír y ser fuerte siempre, por eso unas veces al mes siempre me haré el enfermo en el trabajo para ir a su casa a cuidarla, para pasar toda una mañana entre juguetes y dibujos animados, le cocinaré, le prepararé su leche y le contaré todos los cuentos de su repisa, mientras yo la abrazo y ella al mirarme me pregunta con su curiosidad de niña: “Estas triste tio?” Y a mí me da ganas de decirle que no, que no pasa nada y ella que me dice que le cante las canciones cuando era bebita, esas canciones que le creaba cuando nadie más la podía hacer dormir y yo siento que ella en esos momentos me perdona todos los errores que cometí, de todas esas cosas que acaban y que de pronto uno llega con las manos vacías a donde no quiere llegar… Ale puede calmarme lo que ya nadie puede y por eso siempre le digo: “Te quiero mi Ale” y ella abrazándome me responde: “Te quiero tio Ronald” Y yo por dentro me digo perdón…

Por eso mi Ale, hoy que es 11 de abril y que es tu cumpleaños, estaré contigo celebrando que hace cuatro años llegaste a este mundo. Por eso tú y yo bailaremos hoy, haré el ridículo quizá como payaso pero nada importa con tal de que seas cada vez más feliz, porque al igual que por mis padres y hermanos también daría la vida por ti sin dudarlo, ya que eres esa cadenita que seguirá con nuestras huellas, porque contigo puedo demostrar que el amor también puede ser infinito…

Mi pequeña, mi nubecita, mi hermosa princesa… Te quiero tanto… que para mí exististe desde siempre.

lunes, 4 de abril de 2011

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Debería contarte mi secreto oh chica querida, debería decirte como cada mañana bebo un vaso de vino helado mientras me despeino cada vez más en el espejo… Jamás podré amarte porque no amo a nadie, de verdad lo siento oh chica, te he mentido, sin embargo sí te quise hasta la inmensidad y logré quedarme contigo así haya inventado miles de excusas para no verte algunas noches….Claro que sí, sigo con esa maldita música de The Beatles en los oídos y poco a poco he conseguido arrugas en los ojos, no es mucho, solo unas ojeras de amanecidas por humo blanco… Oh claro chica, claro que te he pensado, eras así como una nube demasiado esponjosa que se levantaba sobre mis pupilas, como esa nube que en otoño pasa cuando el cielo está granate, lo he visto imaginando lo que nunca he imaginado al caminar por las pistas...

Es raro chica, jamás pude escaparme de nadie y de ti no tuve la necesidad de intentarlo, mientras sigo abriendo los ojos cada mañana durmiendo cada vez menos, es por eso que me he sentido tan mío, tan para mí y de nadie más y eso me gusta tanto oh chica querida, me gusta tanto como el invierno cuando se tropieza con el cigarrillo que aspiro para despedirme de todos, por eso sigo escribiendo como idiota y hasta me he burlado cada mañana de los autobuses de papel que me llevan a donde no quiero ir, sin embargo me río por dentro, sí chica, me río mucho, por eso debería contarte lo que nunca te he contado, deberías saber que yo fui asesino y que ya no pienso en eso como nadie piensa, solamente he revuelto agujeros de balas rellenando cajas de fósforos al amanecer… No chica, espera, deberías cantarme algo al oído, tal vez uno de esos temas cursiles que te sabes tan bien y que nos gustaba tanto en esas primeras noches, porque yo ando sin polo y te he hecho el amor muchas veces mientras pensaba que ya nunca más necesitarías tu perfume, ya que mi olor te hizo suya, te hizo cada mañana, te sostuvo al alborear… Claro que sí chica, eres mía en el fondo pero ya no deseo eso, ahora ando en otra nube y aun así sigues siendo mía y yo lo sé porque tuve que fingir tanto en las tiendas y parques y sigo fingiendo para que al pasar los días todos crean que me conocen.

Vamos chica, quita esa cara de pena, ya no estamos en esos meses, ni estamos envueltos en mantos que nunca fueron suficientes, por eso aquí me han estado contando historias de suicidas y de monjas calientes, y a todos ellos los he despedido porque no basta ser feliz para querer a todo el mundo, así es chica, eso es mierda, prefiero morir antes que amar a todos, aunque seria muchísimo peor que todo el mundo me amara a mí, realmente seria repugnante… Basta chica, no he caminado toda la Arequipa y parte de Benavides para esto, solo es el vino y los cigarrillos rojos que me empujan al monologo, claro chica, claro que te besaré, lo haré como lo hice ayer cuando no estaba contigo, lo haré en las habitaciones de esos autos que tratan de matarme y no me digas que me detenga en el semáforo amarillo, no me digas que he llorado alguna vez, la verdad es que no supiste nunca nada, pero eso no importa oh chica querida, ya que ando sumando el humo de la habitación y he largado a vomitar mis recuerdos para ocupar lo que el futuro me tiene preparado…

La hora me parte y no podrías comprender mi amor que nunca existió, no podrías comprender el tiempo que hemos pisado bajos las mangas de nuestros abrigos… Y Blackburn Lancanshire queda demasiado lejos y el maldito Lennon siempre tuvo la razón... No chica, no me pienses ahora, estoy fumando bajo ese letrero luminoso que me atrapa, podrías acompañarme pero ya es tarde y tienes que dormir como las princesas de esos libros estupidos, yo me quedaré aquí buscando la canción perfecta para esto, no debe ser complicado ya que sigo de pie y sonriendo malditamente como nunca lo viste de verdad…

miércoles, 30 de marzo de 2011

Huyendo



Quiero tocarte.
Ser una bandada de dedos en tu piel
Colocarme dentro de ti
Y llamarte por tu nombre

Quiero sentir tu temblor, deslizarte suavemente de arriba abajo
...No oiremos lo que pase en las calles.

El mundo será un cuarto oscuro y tu sudor en la piel será mi sal de vida.
Querrás entregarte completamente y yo te detendré porque
caeré en tus senos como un niño derrotado.
Y querré contarte mi verdad y lo que oculto siempre por las mañanas.

El tiempo será uno en nuestros pasos.

Y cuando intentes vestirte yo te sostendré con fuerza
aplazando la felicidad por otras horas más en el reloj.

Hasta que la maldita luz llegue a la ventana.
Y nos haya vencido por enésima vez.

viernes, 25 de marzo de 2011

Silencio




No seremos dos para fingir la agonía de un calendario
que ya caducó.
Ni habrá la interminable charla sobre los vestigios de cama
en la azotea del infierno.

Podemos pensar igual en el segundo,
ser exactamente mellizos de alma y reír porque
vemos la misma mierda por las calles.
Y aun así nunca seremos par,
no habrá el número simétrico en las manos

Y así no fingiré más frases desde tu puerta hasta el sol
No rogaré por la llamada,
porque el gallo se olvidó de cantar para abrir los ojos,
moviéndote de mi lado por el calor...

La piel suda mucho, la ventana ahoga el aire... “Quédate ahí”.

Y despegar de tus ojos las escenas como figuritas pornográficas
que guardamos de niños.
Intentando no ser del otro, no ser los de antes, nunca por aquel…

Por eso he imaginado una pirámide blanca que empieza desde lo más pequeño
hasta terminar en ti y no he podido fingir en el vino
deteniéndote como una persona que tiene carne, huesos, labios
y aun así tan distinta a lo que hay en el espejo.

Puedo ser hipócrita con la mano en el rostro
y pensaras que soy el de la noche anterior
Y caeré degollado por la mentira mientras la verdad me susurra en el oído
que siempre amo lo que acaba y lo imposible

Y con eso cerraré los ojos maldiciendo por tenerte aquí a lado
y ya no ser como eramos antes...

domingo, 13 de marzo de 2011

Volviendo junto a ti siempre...



Se ha abierto la cocina y desde el fondo se me cierra la ventana que da al comedor y hacia la sala. El sueño de estar juntos abrazados se ha ido deshaciendo como el humo del cigarro desde el cenicero de este cuarto, porque aquí en Lima es insoportable mantener esa realidad de luz apagada y frío de amanecer en pleno viernes, además tú estas a lado durmiendo y yo descubro que mi sueño aun permanece en uno de mis ojos, entonces quisiera irme por un momento a caminar, y si no fuera por esta pesadez en mis brazos, llamaría por teléfono para que alguien viniese y me saque arrastrando.

Quisiera despertarte, leerte algún poema de Moro o si prefieres uno de Rimbaud, hacerte alguna alegoría con mis manos hasta el punto de que creas que están volando, pero ese sueño tuyo es tan pesado y hasta en cierta medida descabellado, por eso no escuchas que respiro con dificultad, debe ser por este clima que golpea la ventana hasta cubrirlas de ese espeso gris. Pero tú sigues con no despertarte, entonces miro la pared de al frente hasta que se desdibuje en formas borrosas. Trato de centrarme en algún recuerdo, en lo que sea, pero entonces solamente tú estas en mi mente, es un poco incomodo sentir esto cuando se es orgulloso y practico, y más aun cuando el querer solamente debe ser para unos minutos en silencio mirando como te acomodas el cabello, como lo es ese paseo por las frías manos desde tu cuerpo moviéndose levemente. Pero en realidad tú qué sabes de eso, qué sabes de lo que creo o dejo de decir, qué sabes de mí, simplemente piensas que soy un estupido escritor y que solamente vine aquí a quererte lejanamente de nuevo, entonces me da risa ese pensamiento tuyo, quisiera explicarte que yo en realidad estoy en la calle muriéndome de frío, que camino desde miraflores hasta barranco soportando la bulla de los claxon y chocándome con cuanta gente corre, pero sé que contártelo también seria inútil, por eso sigo en este cuarto en silencio, mirando esa pared morada de tu casa que hace bailar líneas como barcos perdidos. Son las siete de la mañana y ese despertador no hace algún ruido para despedirme, es inútil pensar ya en eso, estoy comenzando a creer que nunca despertaras y que mas bien te quedaras a mi lado hasta que llegue otra vez la tarde y por más que intente rechazar esa idea, algo dentro de mí me obliga (algo así como una obligación desde el fondo de uno) a cuidarte para siempre, menos mal que no me escuchas porque sino vendrías con eso del amor y la vida juntos para siempre y yo ya estoy harto de que las mujeres crean que lo saben todo, me es fastidioso explicar una teoría entre miles de motivos, entre preguntas acabadas, en esas respuestas de tedio en lugares bajofondo oscuro que logran partir esta cama en dos.

Trato de cubrir tu cuerpo desnudo con la sabana pero entonces te mueves rechazándome y te pones bocabajo como huyendo, acaso de mí? Tu cuello se ha escondido en tu espalda y uno de tus brazos se ha detenido buscando el suelo, tu pierna derecha está separada formando un camino hasta el borde en que la sabana huye como un río desbocado, entonces otra vez intento cubrirte y nuevamente me rechazas, he visto que sonríes picaramente pero aun estas dormida, quisiera quitarte esa alegría, quisiera que vieras mi rostro, cómo mis ojos se pierden en recuerdos inconclusos, que entres en mi mente y descubras que estoy harto de todo esto, por eso me parece desagradable que estés tan tranquila y peor aun, que estés feliz, pero la verdad lo que más me sorprende es que yo siga aquí compartiendo una cama todo el día contigo, sin ese abandono que en el fondo es una suerte a esperanza, esperanza en Lima, calle oscura, de antes…
Entonces tengo miedo, no actuó como debería, busco alejarme pero esto de amor me detiene, intento odiarte con todas mis fuerzas, quiero que me de asco esa tranquilidad tuya hacia la vida, me es tan asfixiante llegar a un domingo así, necesito un cigarro, terminar de llenar el cenicero para poder arrojarlo a la ventana y lanzarme por ahí, pero mis brazos siguen pesados, no logro ni siquiera levantar mis dedos.

Estoy junto a ti, en esta casa de jirones y manzanos, a lado del sueño donde hay un piano toda la noche, donde es fácil un Ensemble pour toujours l'amour, para siempre en un mediodía.

Busco traerte a este lado de la cama, llevarte al boulevard o a mi casa de clase media, pero tu lado de la cama me absorbe, no puedo detenerte, haces lo que quieras y yo soy un simple muñeco de carne con articulaciones que se pierden en el aire, tienes a voluntad con tu aliento todo lo que poseo, entonces has ganado y lo hiciste desde siempre, por eso comprendo que estés tan tranquila sin tener miedo de que me pueda ir, y hasta me has dejado la puerta abierta en señal de que confías en lo que perfectamente sabes, entonces sigo con la pared morada tratando de dormir.

Ya es mediodía y tengo frió…

domingo, 6 de marzo de 2011

Y sin embargo...



El sábado avanza emergiendo del verano, arremolinando cada hora hasta volverla un cuadro desteñido… Ambos estamos juntos y en cada sorbo de vino vamos creando pinturas en la habitación. Yo giro como matando el vacío y tú me miras sin comprender todo, te ríes, me llamas y me dices que siempre seré andrés…

Me dirijo al rincón de la habitación y pongo de música The Beatles, mientras voy haciendo figuras con las manos… Me miras extrañada y me preguntas por qué escucho tanto The Beatles? Yo sonrío a medias y te digo que no sé. Tú me miras mientras despeinas tus ojos poniendo un gesto de que no me cree, yo por dentro pienso de que hace tanto que nadie me cree, tanto que parece que todos andan con los ojos abiertos mirando como desde atrás de una cortina creyendo ver esas formas que no son, examinando el calculo exacto de la suma con la mentira, mientras yo con los ojos cerrados abro mi alma como un libro a medianoche, sin embargo nadie hay, nadie se atreve a leer cada palabra escondida y sólo buscan el placer antes que el silencio, es por eso que te acompaño en este cuarto que no nos pertenece, así como nuestros labios y esas caricias que nos invitan a un sábado eterno y yo acepto porque de estos instantes consigo el combustible para el nuevo día que amanece siempre igual, por eso en cada beso nos volvemos para siempre…

No nos pertenecemos, no nos amamos, jamás nos casaremos, ni tendremos hijos, ni oiremos el pasado en un disco de vinil y sin embargo hoy aquí eres la única que existe, la única de los tantos lugares mentirosos, la única después de nadie, después de la mentira… La única que me alarga su mano queriendo quererme por mas que es inútil, porque yo me iré, te dejaré ir cerrando cada puerta de esta habitación del hotel, mientras tú me sonríes porque es verano, porque sin saberlo sé que sientes que cada instante es para siempre y mientras vamos acariciándonos como retrocediendo a querer disfrazarnos de lo que no seremos… The Beatles sigue sonando en la habitación y me dices que no puedes comprender porqué me obsesiono tanto con esta música y por qué yo sigo mirando la ventana con la mirada perdida y busco la oscuridad para sentirme como soy, quizá por eso me abrazas buscando mi calor y yo tarareo: “Michelle ma belle…” Todo el universo se agita para siempre porque jamás será mió…. Y tú me preguntas qué fue lo que dije, pero yo te cierro la boca con mi dedo explicando que las palabras saltan sin saber, se elevan porque no se contienen en la oscuridad, en lo barato que se va perdiendo en los días… Y tú me dices que soy muy extraño, que no comprendes y mas cuando todo es oscuridad y silencio…

Afuera amanece, el verano trae el amarillo decadente de todos los días, cada quien se despertará para huir a su rutina, se despedirán con un beso, los autos darán sus vueltas y el olor de los árboles se confundirán con el olor a colonia barata… Las camas destendidas formaran dibujos que se quebraron hace años, habrá momentos rotos, sentimientos abortados, imágenes que agonizan en cada canción, se irán a dormir los vigilantes, las putas y los noctámbulos, los curas se peinaran y los pajaritos ensuciaran las pistas artísticamente y todos morirán y nacerán al mismo tiempo…

De pronto, la música se detiene, yo abro los ojos y trato de que todo el disco empiece nuevamente, tú detienes mi mano diciéndome: no no no… Necesito decirte que yo debo quererte con lo mío, con mi soledad, con lo que soy, por más que nada sea para siempre, por más que haya muchos adioses esperándonos como hace tantos años, aun así quiero repartir cada instante de estas horas contigo…

Estamos en una canción te digo, tú te ríes y me dices que seguro es una canción triste… Por primera vez en mucho tiempo nos hemos comprendido y de pronto yo me sorprendo aquí, otra vez contigo y pensar que quizá, tal vez…

El domingo regresó tarde…



(Michelle - The Beatles)