miércoles, 13 de abril de 2011

Despedida.



Te tienes que ir, te tienes que ir, oh sí, claro que te tienes que ir… Todos se han ido ya, incluso las magnolias negras del jardín, incluso los pequeños alientos que formaban caminos por tu piel en plena despeinada lluvia.
Nadie ha quedado, ni siquiera las sombras de sonrisas, ni los amigos estupidos, ni siquiera el trabajo logró quedarse… Por eso te digo que te tienes que ir, lo tienes que hacer rápido, desfigurando fotos debajo de las suelas de diamantes de todos los días que perdimos, y no tienes que parar, ni siquiera contar lo que pasó, simplemente te tienes que ir donde cada mañana despierte todo diferente, donde no hayan recuerdos ni sombras que no se barajan en un viernes cuando todo es tan lejano, y mientras cada camino se haya deshecho, tú ya debiste haberte hecho un hogar y una espuma en el corazón roto, por eso amor te tienes que ir rápido, tienes que huir con mil ojeras en los ojos, tienes que largar la palabra hasta que ya no te encuentre, no hace falta divisar nada, no hace falta ser distinto cuando todo se pierde mientras los autos que pasan detrás me gritan porque ya es tarde, mucha madrugada en cada día donde no es suficiente los cigarrillos ni los discos tontos que nunca fueron tuyos.
Por eso ve, anda, arroja la baldosa de tu alma huyendo rápido, no vaya ser que te pierdas y así no habría porque ordenarnos a volver, no amor, ve, huye, desesperada quebrando los recuerdos, parte la línea y quita la memoria para siempre de mi lado…

Cada noche es una cara nueva, cada caricia y cada aroma son racimos de felicidad que no volverán a ser en la mano nada, claro que todo será igual aquí, no habrá llamadas al doctor, ni insultar al vecino a que se calle, podré ser un hogar sin puerta, esa misma canción de la nada de la que nunca te hablé, y The Beatles puede ya ir muriendo despacito en mis sentidos y Janis Joplin se quedará apagando la garganta en el ultimo vaso de vino mientras escribo la ultima canción aquí, por eso te tienes que ir sin voltear, golpeándome con todo lo que tienes, entregándote por ultima vez hasta que todo sea agua y gritos de placer y luego yo abriré la puerta despacio, pensando en desistir, pero todo quedará a la deriva con culpa y saldrás porque te tienes que ir ya, porque yo debo terminar esta ultima canción para siempre y me iré de aquí otra vez, será lo ultimo porque cuando todas la luces se hayan apagado y las cosas simples y esas donde nadie menciona porque es el demonio de uno, sólo ahí podré yo también irme y no será ya nunca tarde y no seremos par nunca más, por eso te tienes que ir amor, te tienes que ir, mientras yo apago la hoja para siempre aquí, adiós, adiós…


Adíos aquí.

3 comentarios:

Euge dijo...

esto me pasa por no haber escrito antes... el texto es hermoso, pero te carcome por dentro ¿sabés? Tendría que haber dejado mi comentario en la entrada anterior, con la que me sentí tan identificada (coincidimos esa vez, yo también subí un texto dedicado a una de mis sobrinas...). Pero bueno, quería decirte que sigo pasando y te sigo leyendo andrés.
Un abrazo enorme.

euge

E dijo...

Ya me canse de solo mirarnos, cuando me hablaras?

Sandra dijo...

Me gusta mucho.... me hace recordar mucho... que no quiero recordar pero se que es hora de que se marche de mi ser y dejar mi puerta abierta y limpia ...