lunes, 20 de junio de 2011

Buzón.



Soy un ser que escribe para esconderse
Una saliva con huesos y sal en la boca.
Que amó a una niña cuando corría escapándose de una puerta de madera
y que en alguna ocasión lanzó piedras sobre su ventana oscura.

Un ser que al atardecer se amargaba con todos
Que odiaba el mundo por su imagen
y que solía deletrear la palabra: “soledad” al revés.

(Podía sostener una mano y así coger todas las cosas del universo).

Cuando todo era confusión delineaba túneles por el pasto rosado de la ternura,
embarrándolo de excremento hasta desaparecer lo inhumano del mundo.

Cuántos ojalas de la boca, cuánto pudor en su seco genital.
Y me digo que todo lo mío me pertenece ahora,
Y alejo el chorlito donde los demás se ensucian como ratas blancas.

Es verdad lo que escucho y me lo digo para callarme
Es mentira y jamás pude perder una palabra en la lengua.
Soy un insignificante insecto inmortal
Un caparazón con agujas para defenderme.

Me digo: Esta bien…
y otra vez comienzo a escribir.

.
.

1 comentario:

Sandra dijo...

Aveces nos solemos sentir asi... creo que soy la persona menos indicada para decirte que dejes ese caparazon de puas porque yo me suelo encerrar en una burbuja pensando que todos me aran daño... es bueno escribir desahogarse y tratar de salir de ese caparazon algunas veces :)